«Estaba al lado de la administración y me acabo de enterar que llevo premio»

Ángela no paraba de llorar. Llegó a la Administración de Lotería número 3 de Moreda de Aller y se enteraba de que era la agraciada con el premio del Gordo. Ella era de las pocas que había comprado un décimo del 05490; le corresponden 400.000 euros. «¡Que me ha tocado!», decía entre sollozos. «Estoy que no quepo de alegría. La verdad, que no sé qué voy a hacer con tanto dinero, no me ha dado tiempo a pensarlo», afirmaba esta vecina de la localidad ataviada con un gorro de Papá Noel. «Lo compré a última hora; bueno, me lo cogió mi suegra. Y era la última terminación que me quedaba, la del cero. Siempre juego todas». Mucha alegría pero al día siguiente tendrá que seguir trabajando, comentaba. «Esto es una gran ayuda. Yo que decía que esto nunca toca, y mira».

Al lado del despacho de lotería está la Cafetería Trébol. Ajena al ajetreo del exterior, Rosa María Pérez servía cafés sin detenerse. Poco después de la una tarde sale de detrás de la barra con una de las papeletas agraciadas en la mano, llevándose las manos a la cabeza. «¡Me acabo de enterar ahora mismo que lo miré! Yo creía que no había cogido ninguna, pero me puse a mirar y apareció, la tengo. Estoy que no me lo creo, no sé ni cuanto me ha tocado»; 80.000 euros, le informaba la clientela compartiendo su alegría. «Voy a celebrarlo con mi familia». Y siguió trabajando, ahora, sirviendo cervezas sin parar entre los premiados que iban llegando a la administración.

Lucía García lleva una participación y lo estaba festejando en la plaza de la Iglesia de Moreda con sus amigas. «La compramos a los niños del club de atletismo. Estoy que no me lo creo. Lo que quiero es hacer un viaje con toda la familia y guardar algo para le futuro. Mi madre está ahí escondida y no quiere ni salir. En mi casa viven todos fuera y vienen a Moreda a celebrarlo».