El sorteo riega media España de millones

Hay ganadores de los 200.000 euros a que da derecho cada boleto premiado desde Galicia, Euskadi y Cataluña hasta Andalucía, y de Extremadura, pasando por Castilla y León, Madrid y Aragón, hasta Valencia o Murcia. Una de las pocas comunidades autónomas que no pellizcó ni un solo euro del primer premio fue Castilla-La Mancha. Los bombos decidieron que el número más importante del día acabase otra vez en cero, la terminación más repetida en este sorteo, pues ha salido en 22 ocasiones desde que hay registros.

La Lotería del Niño, tradicionalmente la última oportunidad de resarcirse para quienes no rascaron ni la devolución en Navidad, vivió uno de sus sorteos más sosos y fríos. Pese a que nunca es tan vistoso y emocionante como el del 22 de diciembre, ayer, por dictado de la pandemia, no hubo ni cánticos, pues faltaron los niños de San Ildefonso. Las bolas las leyeron con profesionalidad, pero de forma mecánica y aséptica, unos hieráticos y uniformados empleados de Loterías, con mascarilla y guantes, que no tardaron ni 20 minutos.

Esta escasa alegría se contrarrestó enseguida por la saltos, gritos y abrazos que se vivieron ante el Café Central de la población zaragozana de Calatayud. Allí estaban los propietarios de parte de los 200 décimos -40 millones de euros- que vendió Ángel Carrau en la cercana administración que está en manos de su familia desde hace 67 años.

Alborozo también, pero solo entre los loteros, pues los premiados no aparecieron, hubo en el número 156 del madrileño Paseo de Extremadura, donde, con 145 décimos agraciados y 29 millones repartidos, se vendió el segundo pedazo más grande del primer premio. Pudo ser mayor, pero el martes devolvieron cinco boletos del 19570.

La alegría por la suerte también destacó en el barrio bilbaíno de Zorroza y en las poblaciones malagueñas de Estepona y Alhaurín de la Torre. Cada una de las administraciones repartió dos millones de euros en forma de diez décimos premiados y en las tres se vendió por ventanilla y a clientes habituales del barrio. Antonio, el dueño del despacho de Estepona, con el muy apropiado nombre de 'Los Reyes Magos', tuvo un recuerdo muy especial para uno de los vecinos beneficiados, «una persona que por la pandemia tiene ahora un restaurante cerrado».

Pero, con seguridad, entre los más felices estaban los hermanos Andreu y Carlos Voz, que vendieron «décimo a décimo» diez boletos premiados. Son la primera administración de Gerona que da un primero del Niño en los 152 años del sorteo. «Es como ganar la Champions», resumió Andreu, tercera generación de un despacho abierto en 1912.

Un hito similar marcó la administración ubicada en la calle Vicente Aleixandre del barrio burgalés de Gamonal. Son el primer despacho de esta ciudad en repartir el premio gordo del Niño, quizá un guiño del destino por haber sido la provincia española que más dinero per cápita invirtió este año en el sorteo extraordinario, 30,32 euros por burgales, el doble que la media del país, que gastó 15,28 euros. Los terceros en romper la maldición histórica fueron los de la administración número 3 de Plasencia. Es la primera de toda la provincia cacereña en vender décimos del gran premio del Niño.

Desde ayer, las únicas provincias que nunca han vendido un primer premio salido el 6 de enero son Huesca, Guadalajar y Melilla -que es donde se gasta menos en este sorteo, cinco euros por vecino- y las únicas capitales olvidadas por los bomos, Ávila, Cuenca, Pontevedra y Zamora.