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J. A. ABAD / A. JAMBRINA /M. R.
OVIEDO / AVILÉS / MIERES.
Jueves, 7 de enero 2021, 01:57
El Sorteo Extraordinario de la Lotería de El Niño desperdigó sus millones por toda España. La venta por terminal electrónico ha supuesto, en la práctica, que los premios principales se repartan tanto que es difícil decir en qué localidad ha caído el premio gordo. Eso sí, eso permite a todas las comunidades de España presumir de que han sido agraciadas en el sorteo. En Asturias, por ejemplo, podría decirse que han caído el primero, el segundo y el tercer premio. Pero en realidad, de los 700 millones de euros que reparte El Niño, el Principado ha de conformarse de 1.250.000 euros de los tres premios principales, a los que habría que sumar las pedreas y terminaciones varias. Oviedo, Mieres y Avilés fueron las localidades agraciadas, siendo el ya conodico como 'estanco de la suerte' de la calle Jovellanos de Oviedo el que dio el mayor campanazo, al repartir ellos solitos -de ahí la fiesta que montaron- 1.150.000 euros.
Como una «maravilla» fruto del azar. Así se tomaron los administradores de la expendiduría del número 8 de la calle Jovellanos de Oviedo los premios. Del 19570, agraciado con el primer premio, vendieron cinco décimos en ventanilla, para sumar un millón de euros. También se compraron allí dos décimos del segundo, el 03436, a razón de 75.000 euros cada uno. «Una maravilla, una maravilla», repetía Rosa Acebal. una de las dueñas del 'estanco de la suerte', tras conocer el botín. «Tengo ganas de que los premiados empiecen a pasar por aquí y me digan 'este año estaba apurado, en un erte...' una maravilla».
Y eso que a la administración ovetense El Niño se le resistía. El estanco, fundado por la familia en 1931, comenzó a vender lotería con la liberación de las postas por parte del Estado en 2010. En 2012 ya tocaron pelo con el primero de Navidad, lo mismo que en 2018. A partir de aquello, «las ventas crecieron», reconoció Rosa. Tanto que, para este sorteo, la casa había consignado 150.000 euros en participaciones. O sea, una décima parte de lo que dio en premios. «Dimos el gordo en 2012 y cambió todo. Aumentaron mucho las ventas y también es normal que demos más premios de esa manera», agregó.
Para Julio Acebal, también lotero de la casa, dar los dos premios fue «inesperado». «Después del chasco de Navidad, cuando no dimos nada, tener el primero y el segundo es flipante», celebraba. Para Julio, además, la alegría es doble. Su cumpleaños se juntó con la buena nueva. «Tengo un grupo de Whattsapp de toda España que me estaba felicitando por el cumpleaños y al poco llega esto», se alegraba.
En la celebración, en la que participó toda la familia Acebal-Muñiz, que desde hace casi un siglo regenta el establecimiento, faltó Teresa, la matriarca de la saga que, sin embargo, se había preparado para la ocasión en Navidad. «El 22 había ido a la peluquería y hoy no se ha animado a bajar, nos encantaría, porque ella es el espíritu del negocio, conoce a los clientes. Sabe el que fuma, el que no; les riñe por llevar piercing... como si fueran todos hijos de ella», explicaba Rosa.
En un día de azares venturosos, la mala pata también se apareció a la hora de comunicar los premios. «Es lo que pasa, la ley de Murphy», reconocía el responsable de Loterías en el Principado, Roberto Morales. «La impresora se ha estropeado y he tardado más en venir», explicaba a los loteros y a los medios que aguardaban a la puerta de la administración. Porque la espera desde que se cantó el gordo en Madrid hasta la notificación oficial de los siete boletos vendidos en Jovellanos se hizo larga. «Ya lo siento», se disculpó el delegado, pero mira, aquí tenéis los premios: «200.000, 200.000... ¡Un millón!», certificó antes de pegar el documento al cristal.
En Mieres también se vendió un décimo del segundo, por máquina, otros 75.000 euros. La lotera, Patricia Calatayud, que está al frente de la administración de la calle Fleming desde hace más de 20 años, nos cuenta que desconoce aún la identidad del ganador. «Estoy muy contenta, nunca había dado un premio de El Niño ni de Navidad, aunque sí uno de bonoloto en 2017, de 181.000 euros», explicaba. «Siempre es agradable repartir dinero, y más este año», apuntaba.
La suerte también ha sonreído a un afortunado o afortunada en Avilés con un décimo del tercer premio, como los dos anteriores muy repartido en todo el país. Ha sido tan solo un pellizco del 05587 vendido en la administración número 3, situada en el barrio de Villalegre. Los dueños estuvieron recibiendo felicitaciones de vecinos y amigos durante toda la mañana. «Aunque haya sido poco estamos muy felices, porque este es un barrio que lo ha pasado muy mal este año y la pena es no haber podido repartir más suerte», comentaban Víctor Miranda y Alejandro de Arriba, cuñados y dueños de esta administración de Avilés desde hace dos años. «Es la primera vez que damos un premio importante y creemos que en esta ocasión ha sido un décimo de máquina, pero oye, son 25.000 euros y da igual como se haya vendido», bromeaban los dos socios, que en 2019 dejaron su trabajo como camioneros para repartir suerte, y hoy por fin han podido lograrlo. El Niño cayó en Asturias, pero poco.
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