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Mark Rutte.

El primer ministro holandés acató la cuarentena y no visitó a su madre antes de morir

La madre de Mark Rutte fallecía el pasado 13 de mayo en una residencia de La Haya en la que permanecía enclaustrada por la Covid-19

salvador arroyo

Corresponsal. Bruselas

Martes, 26 de mayo 2020, 21:25

Mieke falleció a los 96 años y había dado negativo en coronavirus, pero el primer ministro holandés no pudo verla desde el 20 de marzo, cuando se 'blindaron' los centros de mayores en el país. Mieke Rutte-Dilling, de 96 años, moría el pasado 13 ... de mayo en una residencia de La Haya en la que permanecía enclaustrada por la Covid-19. El patógeno no causó la muerte de la anciana, pero un brote en el hogar de reposo, como en otros del país, había obligado a cortar de raíz las visitas de familiares desde el 20 de marzo. Mieke murió sin la compañía de su hijo, el pequeño de siete hermanos, que durante años la había cuidado y que, hasta el confinamiento, acudía a verla cada semana.

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Una historia que, como miles similares, se hubiera sumergido en el anonimato de no ser porque ese hijo es uno de los líderes europeos, el primer ministro de Países Bajos. Mark Rutte, de 53 años, recibió la noticia de la muerte de su madre trabajando, mientras presidía una reunión de crisis en la que se decidieron las primeras medidas de desescalada en el país. Incluso ofreció esa misma noche una rueda de prensa con uno de sus ministros sin que nadie percibiera lo sucedido. Desde entonces ha mantenido su agenda oficial sin cambios. El funeral tuvo lugar el pasado viernes.

Los neerlandeses destacan la entereza de su primer ministro y el rigor con el que cumplió las restricciones

La opinión pública no supo de este hecho hasta este lunes, cuando el Servicio Nacional de Información neerlandés emitía un escueto comunicado confirmando el fallecimiento de Mieke, con una breve declaración del primer ministro: «Además de la gran tristeza y todos los buenos recuerdos, mi familia y yo también tenemos un sentimiento de gratitud porque se nos permitió tenerla con nosotros durante tanto tiempo. Ahora le hemos dicho adiós en un acto familiar y esperamos poder lidiar con esta gran pérdida en paz en el futuro cercano».

La noticia ha generado una reacción masiva de muestras de apoyo en las redes sociales. Se ha destacado la entereza de Rutte y el rigor con el que ha cumplido las restricciones que él mismo decretó para proteger a la población más vulnerable. Ni una sola visita desde ese 20 de marzo, pese a que su casa se encuentra a escasa distancia de la residencia, y pese a ser consciente del empeoramiento gradual de la salud de su madre.

Rutte nunca había ocultado que mantenía una relación especial con ella. A finales de los ochenta el primer ministro también perdió a un hermano por el sida y posteriormente a una hermana.

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