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ivi ugalde
Sábado, 25 de julio 2020, 23:53
Los rebrotes de coronavirus que se han registrado en las últimas semanas en Países Bajos, a medida que se han ido relajando las restricciones, han obligado a las autoridades de Ámsterdam a echar el freno en la capital. Concretamente, en el turístico y mundialmente conocido ... Barrio Rojo, al que acude cada año una multitud atraída por su carácter exótico. Desde ahora y hasta al menos el 1 de septiembre, estará prohibida la venta de alcohol en las tiendas los fines de semana. Tampoco habrá artistas callejeros y el tráfico peatonal será en una sola dirección para que los visitantes, cada vez más numerosos, respeten la distancia de al menos un metro.
Aunque los turistas no son actualmente la mayor fuente de contagios, sino «las personas que reciben amigos en sus casas sin mantener distancia», la alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, ha reconocido que conviene protegerse de los viajeros porque su afluencia ha crecido exponencialmente con la reanudación de las actividades y «el riesgo sigue estando presente». Por el momento, el ayuntamiento no contempla adoptar medidas más estrictas, salvo la posibilidad de cerrar temporalmente calles y callejones si considera que están demasiado ocupados.
Los 'coffeeshops' -establecimientos dónde se vende legalmente hachís o marihuana- y los locales en los que ofrecen sus servicios quienes se dedican a la prostitución en el Barrio Rojo seguirán abiertos. «Los hechos aún no justifican medidas tan duras, que tendrían graves consecuencias económicas y nos hacen legalmente vulnerables», justificó Hanselma, quien recordó que el ayuntamiento ha puesto en marcha una campaña en redes sociales -en neerlandés, alemán e inglés- para pedir a los turistas que eviten las aglomeraciones y sigan las reglas. «Solo juntos podemos evitar nuevos rebrotes y lo último que queremos es un nuevo confinamiento», añadió.
Repunte de casos
Las restricciones impuestas por las autoridades locales en uno de los puntos turísticos más emblemáticos de la ciudad se producen después de que el pasado fin de semana la Policía tuviera que intervenir en el Barrio Rojo y en la céntrica calle Kalverstraat debido a la gran presencia de viandantes. Tras lo ocurrido, decidió limitarse el tráfico a una sola dirección y se añadió el resto de medidas al comprobar cómo los consumidores que acudían a los minisupermercados a comprar alcohol incumplían el distanciamiento social y cómo los artistas callejeros atraían a grandes grupos con sus actuaciones.
Países Bajos, con más de 52.000 contagios y 6.139 muertes registradas desde que estalló la pandemia del coronavirus, ha visto cómo la situación sanitaria se ha ido deteriorando progresivamente en el último medio mes. Solo desde este lunes hasta el viernes se registraron 987 nuevos casos, casi el doble de la semana anterior, cuando se contabilizaron 534 infecciones. A pesar de la alarma generada por el incremento de positivos, el número de pacientes hospitalizados en cuidados intensivos sigue estando estable. Aun así, crecen las voces que exigen al Gobierno neerlandés un endurecimiento de las medidas, como extender el uso de las mascarillas, que solo son obligatorias dentro del transporte público.
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