Los dos pueblos del asesino del sacerdote francés rechazan enterrarle

Las alcaldías de Saint Dié y Montluçon, localidades francesas en las que nació y vivió uno de los dos yihadistas que asesinaron a un cura en Normandía el pasado julio, han rechazado enterrar su cuerpo en su territorio, según han informado este martes los medios franceses.

El pueblo en el que Abdel Malik Petitjean vivió de 2008 a 2012 y donde su familia tiene intención de volver a instalarse, Montluçon, fue el primero en denegar este lunes la petición de sus familiares, y las autoridades de Saint Dié se han pronunciado este martes en la misma linea, en contra del deseo de su madre.

El alcalde de Montluçon, Daniel Dugléry, defendió ayer que su decisión era "simple" y estaba amparada por la ley. "Hay cuatro puntos para ser enterrado: haber fallecido en la comunidad, residir en ella, tener una parcela familiar o estar inscrito en las listas electorales. En este caso no se cumple ninguno. Yo solo aplico las leyes de la República", ha dicho en la cadena "BFM TV".

El regidor de Saint Dié, David Valence, ha declarado por su parte en el diario '20 minutes' que, aunque no ha contactado con la familia, prefiere "informar de que el pueblo no desea enterrar a uno de los terroristas de Saint Étienne du Rouvray, para evitar cualquier posible altercado".

Petitjean y el otro yihadista, Adel Kermiche, ambos de 19 años, fueron abatidos por la Policía después de haber asesinado al sacerdote que oficiaba una misa en la parroquia de Saint Étienne du Rouvray, en las afueras de la ciudad de Ruán, y de herir de gravedad a un feligrés -también octogenario- que asistía al oficio. El entierro de Kermiche no ha trascendido en los medios y el funeral solemne por el cura, Jacques Hamel, se efectuó el pasado martes, en una ceremonia en la catedral de Ruán a la que asistieron el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, autoridades locales y representantes de otras religiones.

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