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«Han atacado nuestros valores, nuestro 14 de julio»

«Han atacado nuestros valores, nuestro 14 de julio»

Franceses que residen en Asturias condenan el atentado ocurrido en «el mayor día de celebración popular»

SUSANA BAQUEDANO

Sábado, 16 de julio 2016, 03:45

Las redes sociales de medio mundo volvían a colgar ayer un crespón negro en señal de luto por el atentado en Niza. Las plazas de los principales ayuntamientos acogían, a las doce en punto del mediodía, concentraciones silenciosas de repulsa. Lamentablemente, un «déjà vu», como definía Sabrina Clemente, directora de la Alianza Francesa de Oviedo. El terrible suceso le pilló en Lyon, donde vive su familia. Cerca de Niza tiene amigos, con los que contactó nada más conocer la noticia a través de las redes sociales. «Todos estaban bien y transmitían estupor, consternación... Siendo, además, el día de Fiesta Nacional». «Podía haber sido en cualquier sitio de Francia, porque lo que pretendían era sembrar el terror en una noche de celebración popular. Es una noche de fuegos artificiales, para disfrutar todos juntos, da igual la raza, la religión o el origen, en familia o con amigos. Es verano, la gente va a tomar un helado antes o después de los fuegos, está en la calle...».

Sabrina lleva diez años viviendo en Oviedo. «Ya me siento asturiana y tengo un hijo asturiano», apunta, pero también apela a su sentimiento patriótico. «Ha sido un ataque bárbaro contra el símbolo nacional». «No tenemos miedo, hay que asumirlo y seguir adelante», afirma, para agradecer después los gestos de apoyo. «Los asturianos sois fantásticos. Desde primeras horas de la mañana recibimos mensajes y muestras de solidaridad en la Alianza».

Lucie Bettinger, de Reims, se enteró de la masacre sobre las doce de la noche. Horas antes había disfrutado, junto a su madre, recién llegada de París, de un «maravilloso» día de playa en La Ñora. «Habíamos tomado el sol; luego, una sidra, y después, ya en silencio, estuvimos las dos como veinte minutos contemplando las vistas idílicas y disfrutando del poema que teníamos delante de los ojos. Pero a las doce de la noche, ya en casa, escuchas la noticia en la radio, comienzas a ver las imágenes del atentado y entras en bucle. Son cuatro bestias sin cabeza y sin referencias. Nos machacan. Nos cortan un cachín cada vez, y vamos menguando». «Siento escalofríos. ¿Cuántas familias estarán llorando hoy?». Lucie, que apenas pudo pegar ojo en toda la noche, se acordó de su «mejor amiga», que está pasando las vacaciones en Niza, y pensó: «por favor, que no se le haya ocurrido ir allí a ver los fuegos con sus hijos pequeños». Afortunadamente no fue así, pero sí el caso de otras muchísimas familias, «también musulmanas que celebraban el Día Nacional y que también estarán llorando hoy». Lucie lleva catorce años viviendo en Asturias, pero su familia es de Reims. «Todos pensábamos que atentarían en la Eurocopa, y eligieron Niza».

«Si dejáramos de salir, dejaríamos de vivir y habrían ganado». Julie Franco vive en Asturias desde 2010 y ayer miraba al país que le vio nacer, cerca de Burdeos, con tristeza y entereza al mismo tiempo. «Es terrible, han atacado nuestros valores, nuestro 14 de julio, lo más francés y patriótico, pero hay que salir adelante», asevera. La noche del atentado, Julie disfrutaba de una cena con su marido y sus padres, recién llegados de Francia para pasar unos días de vacaciones en familia, y se enteró de la noticia ayer por la mañana. «Si esto pasa en Niza, que es una ciudad pequeña, puede ocurrir en cualquier lugar. ¿Qué se puede hacer para evitarlo, si cogen un cambión y ya les vale para atentar?», se preguntaba.

Mayor impacto le causó el atentado de París. «Era la víspera de nuestra boda. Teníamos a casi toda la familia en Asturias. Nos afectó mucho a todos», recuerda. Ayer, seguía atenta las noticias de Niza a través de las redes sociales. «No lo entendemos. Nadie se libra de esta amenaza».

Pauline Moutaux vino hace siete meses a Asturias para realizar unas prácticas de Comunicación en la Alianza Francesa de Gijón. Ahora, ya finalizado ese periodo, disfruta de unas vacaciones mientras busca un empleo que le permita continuar en Asturias o en España. Una alerta de prensa le avisaba la madrugada del viernes del suceso en Niza. «Primero hablaban de sesenta muertos y luego iban aumentando la cifra. Tengo primos viviendo allí y mi abuela también está cerca. Lo primero que hice fue contactar con ellos para comprobar que estaban bien. Y sí, lo estaban», respira aliviada esta francesa de Lille.

«Después del atentado en París, que me impactó muchísimo, pienso que, desgraciadamente, este problema va a seguir durante mucho tiempo. Desde fuera, observas que Francia está muy mal. Pero no tengo miedo. Esto es una lotería, quieren hacer daño y lo harán cuándo y dónde quieran. No vale de nada decretar tres días de duelo nacional. El Gobierno tendrá que hacer algo más», concluye.

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