Renzi: «La inmigración no es un problema ni italiano ni francés, sino europeo»

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha asegurado hoy que la cuestión de la inmigración en el Mediterráneo "no es un problema solo italiano o francés", sino que afecta a toda la Unión Europa, por lo que ha pedido "solidaridad y responsabilidad".

"El Consejo Europeo del jueves podrá ofrecernos una mano para resolver el problema de la inmigración. Pero no es un problema solo italiano o francés, sino un problema europeo", ha dicho el líder italiano. Sus palabras se han producido durante una rueda de prensa junto al presidente galo, François Hollande, con quien mantiene un encuentro bilateral en el marco de la Exposición Universal de Milán.

Renzi ha asegurado que "no pretendemos que nadie resuelva los problemas por nosotros sino que creemos que debe prevalecer el binomio compuesto por la solidaridad y la responsabilidad en la Unión Europea", y ha llamado a evitar "histerias y egoísmos".

"El tema es complejo, no se resuelve de la noche a la mañana, lo afrontamos todos juntos con nuestros valores. Creo que coincidimos Italia y Francia. Estamos preparados para trabajar juntos", ha señalado el líder italiano, que no ve "un gran espacio para la revisión de tratados" como el de Dublín, muy criticado por él.

En los mismos términos se ha expresado Hollande, que ha reconocido que "ningún país puede hacer frente por sí solo a la carga de los inmigrantes" y ha recomendado "solidaridad y responsabilidad" a todos los países de la UE. Por ello, ha referido que el tema de los refugiados será central en el Consejo Europeo del jueves, en el que según ha subrayado, "todos los países deben suscribir este compromiso diciendo claramente lo que pueden hacer en modo humano y digno por esta situación".

Labor de pacificación

Hollande ha asegurado que para afrontar esta emergencia de inmigrantes es preciso "hallar soluciones a las crisis de Siria e Irak" y ha referido que Francia está trabajando para pacificar Libia, país de partida de los inmigrantes que llegan a Italia desde el norte de África.

Ambos líderes han coincidido en destacar la normalidad de sus relaciones a pesar de la cuestión de la inmigración y de la situación en la ciudad italiana de Ventimiglia, en la frontera gala, en la que se congregan cientos de inmigrantes a quienes se les ha prohibido el paso en Francia.

"Las relaciones entre Italia y Francia son excelentes", ha dicho el presidente galo, mientras que el primer ministro Renzi ha subrayado que "nunca ha habido tensión" con París. "Sobre el caso de Ventimiglia, nunca ha habido tensión entre Italia y Francia. Quizá la tensión salta por las declaraciones de algún ministro italiano o francés pero es normal en un noviazgo de larga duración", ha concluido Renzi.