El asturiano Miguel de Prado, con Chuli, busca entre los escombros la posibilidad de vidas humanas. E. C.

«Es muy complicado; de momento solo aparecen cadáveres entre los escombros»

Los guías asturianos Miguel de Prado y Elena Marcos, que rastrean en Adiyaman, dicen que las esperanzas de encontrar vida son muy escasas

Viernes, 10 de febrero 2023, 03:35

Los esfuerzos no cesan, aunque las esperanzas se van minando y las posibilidades disminuyen a pasos agigantados. La búsqueda de vidas humanas entre las ruinas que ha dejado el terremoto del pasado lunes, uno de los más devastadores de la historia, que ha asolado territorios ... turcos y sirios prosigue, aunque los expertos reconocen que es casi un milagro encontrar personas con vida. No en vano, las cifras de fallecidos aumentan sin cesar.

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Los dos guías asturianos pertenecientes a la Unidad Canina de Rescate del Principado que partieron el miércoles hacia las zonas devastadas se unían ayer sobre el terreno a las labores de rescate. Junto a sus inseparables compañeros, los pastores belgas 'Chuli' y 'Mini', los gijoneses Miguel de Prado y Elena Marcos, se incorporaron ayer a la franja establecida en Adiyaman, ciudad al sureste de Turquía y una de las más pobladas del país, que en los últimos tiempos registraba un flujo turístico notable.

El cocinero José Andrés está proporcionando alimentos. E. C.

Un avión militar les trasladó hasta la localidad otomana, junto a otros miembros de distintas organizaciones que ayudarán en la búsqueda. «Están buscando en las zonas que les asignan desde la ONG valenciana Intervención, Ayuda y Emergencias (IAE) de Algemesi, pero solo encuentran cadáveres», relató ayer a este periódico Wenceslao Fernández Iglesias, responsable de la Unidad Canina asturiana, cuya sede se encuentra en La Morgal.

Precisamente, ayer pudo mantener contacto con los dos guías voluntarios de la Unidad Canina asturiana que le confirmaron las dificultades con las que se están encontrando sobre el terreno. «Es muy complicado; de momento solo aparecen cadáveres entre los escombros», aseguraron. A estas alturas, es casi imposible, apunta Fernández Iglesias, encontrar a personas con vda. «Es muy complicado, es casi una lotería». Siendo algo optimista, él habla de «tan solo un 5%» de probabilidades de un hallazgo de este tipo.

«Donde se necesitan»

El minuto a minuto de estos dos voluntarios que conviven con un buen número de rescatadores distribuidos en distintos territorios es una incógnita. «Ellos están allí donde les necesitan», explica Fernández. De hecho, en la jornada de ayer «alguna unidad turca cooperaba en el mismo espacio» que los asturianos.

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Las jornadas son largas e intensas: «Hasta el ocaso, salvo alguna incidencia», es decir, salvo la aparición de alguna víctima aún con vida. Asegura Wenceslao Fernández Iglesias que tanto Miguel como Elena están bien de ánimos, «sin bajones». No en vano, tienen un amplio entrenamiento en este tipo de trabajos.

No es la única ayuda que tiene carácter asturiano. El mierense más internacional, el cocinero José Andrés, se desplazó el miércoles a Adana para, a través de su ONG World Central Kitchen, ayudar a los miles de afectados por la tragedia. El propio chef lo explicó a través de sus redes sociales: «Aterrizamos en Adana y a las tres fuimos a entregar kebabs a un refugio con 150 personas. Iremos a la oficina del alcalde para ver a los otros refugios y luego a Hatay para empezar las operaciones de comida ahí». Ayer por la tarde lanzó un mensaje: «En Turquía, el equipo de WCK está trabajando con urgencia para establecer cocinas y ampliar las entregas de comidas. Ayer llevamos harina, aceite y otros ingredientes a un restaurante asociado en Iskenderun para que pudieran comenzar a preparar comidas calientes de inmediato para las familias desplazadas».

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Asimismo, la Unidad Militar de Emergencias (UME) está trabajando con perros y sensores especializados en la búsqueda de posibles supervivientes. De hecho aseguraban haber podido contactar telefónicamente con algunas personas atrapadas bajos los escombros más de 72 horas después del seísmo.

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