La sombra del Kursk planea sobre el naufragio del Moskva

Tras declarar en las horas posteriores al siniestro que toda la tripulación estaba a salvo, el Gobierno informó el lunes de que en realidad hubo dos muertos. Uno de ellos ha sido identificado como Andrei Tsyvov, un recluta de 19 años, cuyo fallecimiento confirmó el Ministerio de Defensa a su madre, Yulia Tsyvova, desesperada después de que hubiera intentado contactar durante tres días con su hijo. «No me dijeron nada más, ninguna información sobre cuándo sería el funeral», ha comentado al diario británico 'The Guardian'.

Otros allegados empiezan a considerar que el relato oficial sobre el final del 'Moskva' «es una mentira cínica» y exigen respuestas al Kremlin. El hermetismo oficial no ayuda. Las autoridades parecen decididas a mantener en secreto las informaciones en torno al hundimiento, lo que incluiría el listado de posibles víctimas. El barco era la joya de la corona rusa en el mar Negro y su hundimiento ha supuesto un tremendo revés para Rusia; tanto que el presidente Vladímir Putin no ha dudado en renovar los ataques aéreos en la periferia de Kiev como aparente represalia. El revés aumentaría, sin duda, en caso de conocerse que el naufragio constituyó además una gran tragedia humana.

El origen del naufragio tampoco está demasiado claro. Hay solo un breve vídeo y dos fotografías del Moskva después del incidente, recostado sobre la banda de estribor, con formidables daños en su superestructura y una columna de humo a popa. El Pentágono y varios medios internacionales conceden visos de credibilidad a que se trata del crucero. Otros medios no se atreven a tanto, dado su grado de desfiguración en el casco.

El Ejército ucraniano se arroga la autoría del hundimiento y afirma que lo consiguió mediante dos misiles Neptune, que lograron sortear las defensas del barco mediante una operación de distracción con un dron. Rusia, sin embargo, asegura que un incendio accidental a bordo y la explosión del polvorín de las municiones causaron el fin del Moskva, que se fue a pique mientras lo remolcaban al puerto de Sebastopol.

Los analistas que han estudiado estas imágenes dicen que es difícil determinar qué versión es la real. Solo Estados Unidos ha revalidado hasta ahora la tesis de Kiev, que tampoco ha festejado en exceso lo que sería uno de sus grandes éxitos militares en estos casi dos meses de guerra. Los daños que presenta el buque son compatibles con dos misiles, pero también con un accidente en el que habría ardido desde dentro hacia fuera, lo que podría encajar con un incendio a bordo seguido de la explosión de la munición. Luego existen tesis más extremas, como la que apunta que de una u otra forma el Kremlin habría dejado hundirse al Moskva para evitar las fotos del barco destrozado a su llegada a Sebastopol. Tanto Moscú como Kiev son enormemente celosos para evitar que el enemigo vea los daños.

Se da la circunstancia de que tampoco se ha suministrado el dato oficial de los heridos, aunque algunos testigos afirman que en el hospital de Sebastopol habrían ingresado 200 tripulantes. También este martes comenzó a surgir el rumor de que al menos había 37 cadáveres. Datos sueltos y rumores que alimentan el dolor y la impaciencia de los familiares, que empiezan a comparar este caso con el del Kursk, el submarino hundido en el año 2000 y que se llevó la vida de sus 118 tripulantes. Pasó más de una semana en la que sus allegados no supieron nada sobre su suerte. Vladimir Putin sufrió allí un duro golpe a su presidencia.