Bashar al-Assad conversa con su homólogo egipcio, Abdel Fattah al-Sisi. AFP

La visita sorpresa de Zelenski eclipsa el regreso de Al-Assad a la Liga Árabe

El presidente ucraniano aterriza en Yeda de camino hacia Japón para intentar conseguir que el mundo árabe reduzca su respaldo a Rusia

Mikel Ayestaran

Corresponsal. Estambul

Viernes, 19 de mayo 2023, 20:22

La cumbre de la Liga Árabe celebrada este viernes en la ciudad saudí a orillas del mar Rojo de Yeda estuvo marcada por los nombres propios de Bashar al-Assad y Volodímir Zelenski. Después de doce años de suspensión, Siria regresó a este organismo, del ... que fue apartado debido a la dura represión del régimen contra las protestas de la primavera árabe. Cuando todas las miradas estaban puestas en Al-Assad, el presidente ucraniano aterrizó por sorpresa en la reunión con el objetivo de ganar respaldo en un mundo árabe que permanece neutral en la guerra y donde Rusia gana peso día a día.

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Zelenski quiso incluir Arabia Saudí en una gira internacional en la que había visitado países aliados e hizo escala en Yeda en su viaje hacia Japón para tomar parte en el G7. Con su habitual atuendo militar, el mandatario de Kiev se dirigió a los países miembros de la Liga y lamentó que «hay algunos en el mundo y aquí, entre ustedes, que hacen la vista gorda ante anexiones ilegales como la de Rusia». Insistió en que «nunca nos rendiremos ante unos colonizadores e invasores» y recordó a los presentes la situación de los musulmanes tártaros de Crimea, territorio ocupado por su enemigo desde 2014.

Diálogo

Riad lanzó una propuesta de mediación el pasado año y resultó clave en el intercambio de prisioneros

El presidente ucraniano señaló que otra de sus prioridades es la de proteger a la comunidad musulmana de Ucrania. Su comitiva, Zelenski, según detalló, cuenta con la presencia de Mustafa Dzhemilev, líder del pueblo tártaro de Crimea, la primera de las regiones ucranianas «en sufrir la ocupación rusa». «La mayoría de los que sufren la represión en la Crimea ocupada son musulmanes», dijo.

«Estamos aguantando»

«Rusia es débil, y estamos aguantando aunque tenemos menos armas en nuestras manos. Nuestra agresividad no viene de la fuerza, sino del entendimiento de que la era de los imperios ha terminado y de que el tiempo de las naciones libres e independientes no tiene fin», añadió en su discurso.

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Los saudíes lanzaron una propuesta de mediación entre Kiev y Moscú el pasado año y fueron claves en un importante intercambio de prisioneros. Riad cuenta con unas relaciones más estrechas con Rusia, reforzadas por la cooperación de ambos países productores de petróleo en la OPEC.

Ben Salmán fue también el encargado de recibir a Zelenski. EFE

El príncipe heredero, Mohamed ben Salmán, recibió a Al-Assad con dos besos y un apretón de manos. Esa imagen simbolizaba la vuelta a la Liga de Siria, uno de los países que fundó el organismo en 1945. MBS habló de la importancia de «avanzar hacia la paz. No permitiremos que nuestra región siga siendo una zona de conflictos y agresiones. Debemos pasar página y abrir una nueva era». Es la misma estrategia que ha seguido con Irán, con quien los saudíes han normalizado relaciones, lo que ha ayudado a rebajar la tensión en toda la región debido al enorme peso de ambos.

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Por encima del contenido político de la reunión, la presencia de Al-Assad envía un mensaje simbólico con el que sus vecinos, que tomaron parte activa en la guerra en apoyo a la oposición armada y distintos grupos islamistas, le reconocen como el ganador y la persona que puede intentar arreglar algunos problemas que emergen de Siria y afectan al resto como el tráfico de drogas o la crisis de refugiados.

Una década de guerra

Los apoyos iraní y ruso le sirvieron a Al-Assad para derrotar a los enemigos y aferrarse al poder

A Siria le suspendieron tras la represión contra los manifestantes que tomaban parte de unas protestas que pedían cambios y apertura en el régimen. Esas manifestaciones se convirtieron pronto en una miniguerra mundial, con distintos países apoyando a cada bando. El firme respaldo militar de Irán y Rusia le sirvieron a Al-Assad para derrotar al enemigo y conservar el poder en la mayor parte de un país que ha quedado muy afectado y con la mitad de la población desplazada o refugiada en el extranjero. La intervención del líder sirio abordó temas como la reconstrucción del país y el retorno seguro de los millones de refugiados, la mayoría en países vecinos como Turquía, Jordania o Líbano. El problema es que este colectivo ve en el régimen al gran obstáculo para volver, no una solución.

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Qatar, Kuwait y Marruecos no han normalizado relaciones con Damasco y defienden que Al-Assad es un presidente «ilegítimo», pero no rompieron el consenso sobre su vuelta a la Liga impulsado por Riad.

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