«¡Abuela, estoy deseando llegar a España!»

Todo lo cuenta la madre de Joanna, Blanca Cobián Robles, desde Avilés. Lo último que supo de Joanna poco antes de las ocho de la tarde (hora española) es que ya estaban en el aeropuerto de Tel Aviv, Ben Gurion, donde ya había soldados españoles. La comunicación era un poco apresurada. Mucha emoción, pero también mucha tensión. Porque, como decía Joanna, «esto hay que vivirlo». Desde el ataque del sábado pasado, han sido horas de «horror, de pánico, de angustia». Para ellos y para sus familias. «Llevo días sin dormir y sin comer apenas. No sabe lo mucho que he pedido a mi marido (el futbolista Jesús Castro, ya fallecido, hermano de 'Quini') y a mis padres para que los ayudaran. Era un sobresalto tras otro».

Ahora, aún con la adrenalina en el cuerpo, Blanca espera su llegada. Está previsto que el avión salga a última hora de hoy. Mientras, Blanca, con la voz entrecortada, lee un mensaje de su nieta, deseando abrazarla: «¡Abuelaaaa, no puedo esparar a llegar a España! ¡Muchos besos!».

Contando las horas para abrazarlos, Blanca los esperará en Llanes, en la casa familiar de los padres de Pedro. Mañana la pasarán a recoger por Avilés para aguardar su llegada en el oriente asturiano. Atrás quedará una pesadilla vivida en un país del que Joanna y su familia guardan un grato recuerdo del año y dos meses que han estado residiendo allí. «El país es increíble, precioso y la gente, muy amable».