Hamás consuma la mayor liberación de rehenes entre escenas de caos

Hamás volvió a convertir el momento de la liberación en un espectáculo y estableció para ellos dos escenarios en puntos muy simbólicos de Gaza. El primer acto se desarrolló a primera hora de la mañana en el corazón del campo de refugiados de Yabalia, el mayor de la Franja y un lugar conocido por ser la cuna de la Primera Intifada. La soldado Adam Berger, de 19 años, salió escoltada por milicianos de un edificio en ruinas y fue entregada a la Cruz Roja Internacional. Las imágenes de la joven, vestida con uniforme, fueron celebradas en la plaza de los rehenes de Tel Aviv, donde había cientos de personas.

Todas las miradas apuntaron después al sur de la Franja, donde Hamás y Yihad Islámica protagonizaron un segundo acto frente a la casa de Yahya Sinwar, líder de la milicia palestina caído en combate el pasado otoño. Las facciones islamistas organizaron un gran desfile militar, con encapuchados armados a bordo de todoterrenos y banderas verdes y negras. Todo un homenaje al hombre que ideó y ordenó la operación 'Inundación de Al Aqsa' del 7 de octubre de 2023. Este fue el lugar elegido para liberar a los israelíes Arbel Yehud, de 29 años, y Gadi Mozes, de 80, y a los tailandeses –secuestrados en una comunidad agrícola vecina a Gaza– Surasak Lamnau, Bannawat Seathao, Watchara Sriaoun, Sathian Suwannakham y Pongsak Thenna. En diez días regresarán a su país.

A pesar de haber sido diezmados durante quince meses de guerra, Hamás y Yihad Islámica intentan aprovechar cada oportunidad para demostrar que todavía existen y tienen poder. Sin embargo, la imagen de fuerza que los milicianos trataron de enviar al enemigo se tornó en caos y desorden absoluto entre una multitud que impedía la llegada de los rehenes a los vehículos de la Cruz Roja Internacional. Los encapuchados rodearon a los dos israelíes y a los tailandeses, que hicieron el trayecto por separado, y a empujones lograron que llegaran al lugar donde les esperaban. Fue todo tan confuso que hasta el comunicado del organismo internacional no se pudo confirmar la liberación. La emisión en directo de canales como Al Jazeera era incapaz de localizar a los cautivos entre la muchedumbre.

Después llegó la noticia de que se aplazaba la entrega de los presos palestinos. «El primer ministro y el ministro de Defensa han ordenado retrasar la liberación de los terroristas hasta que los mediadores garanticen la salida segura de los rehenes en las próximas liberaciones», advirtieron desde la oficina de Netanyahu. Dos horas después, los israelíes recibieron las garantías exigidas y los dos autobuses donde viajaban los prisioneros salieron de la cárcel de Ofer. Esta vez con los cristales tintados para evitar fotografías de los recién liberados haciendo gestos de victoria, como en anteriores ocasiones. Muchos de ellos acabarán en terceros países como Turquía o Catar.

El sábado está prevista una nueva jornada de intercambio –la cuarta– en la que Hamás liberará a otros tres rehenes israelíes. En total, los islamistas se comprometieron a entregar a 33 en las primeras seis semanas del acuerdo de alto el fuego. Hace unos días se conocía que 8 de ellos están muertos y que se entregarán sus cadáveres a sus familias.

El intercambio eclipsó la entrada en vigor este jueves de la ley que prohíbe el trabajo de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) en Israel y Jerusalén Este y cualquier relación entre sus trabajadores y las instituciones hebreas. Su oficina en la ciudad santa se mantuvo abierta e informó que no recibió notificación alguna para detener su actividad.