Bodas de reservistas, 5.000 oraciones palestinas y el temible tanque Merkava Mk 4 Barak, así se prepara la ofensiva en Gaza

La tensión crece y el drama se presiente a ambos lados de la divisoria. Las bodas se han convertido en las últimas cuarenta y ocho horas en una ceremonia frecuente entre los reservistas llamados a filas. Decenas de parejas se casan en previsión de una orden de ataque que un alto mando militar israelí afirma que se producirá en cuanto «los políticos» lo decidan. Es muy posible que resulte inminente, una vez que el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, ha embarcado esta tarde hacia Catar tras hacer escala en Tel Aviv con el fin demostrar el apoyo de su país a Israel. También el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, se ha reunido hoy con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, para garantizarle cómo Washington «está con usted» en una «semana horrible» tras los «repugnantes atentados» de Hamás.

Distintos analistas subrayan la capacidad de las Fuerzas de Defensa para movilizar a cientos de miles de soldados y una ingente cantidad de equipo militar en menos de una semana. La frontera es un cúmulo de tropas a la espera. Los más críticos ponen de contraste esta diligencia con el clamoroso fallo que hizo que los preparativos de la masacre de Hamás pasasen inadvertidos al ejército y el servicio de Inteligencia.

Al otro lado de la frontera, más de 400.000 palestinos han dejado sus hogares en busca de refugio. Aparte de las evacuaciones provocadas por los constantes bombardeos sobre Gaza, que dejan ya más de 1.500 muertos y 6.000 heridos en este área, la advertencia de Israel ha espoleado el miedo y ya es posible ver a miles de personas prácticamente con lo puesto huyendo hacia el sur. A medida que avanza el ultimatum, decrece el número de pertenencias que tratan de llevarse los vecinos para aligerar la marcha. Entre los palestinos, que estos días han asistido al poder devastador de la fuerza aérea israelí, cunde la impresión de que la ofensiva será aplastante y ningún civil podrá considerarse a salvo en Gaza.

Naciones Unidas ha alertado de que el plazo dado por las autoridades israelíes resulta a todas luces insuficiente para el desalojo del millón de personas que viven en los asentamientos. La ONU cree que los palestinos se enfrentan a una situación de «calamidad». La población ha elevado ya 5.000 oraciones para evitar el apocalipsis.

Lo que se discute este viernes entre los observadores internacionales es la fórmula del ataque y las intenciones de Tel Aviv para el día después. Nadie conoce con exactitud los planes de las Fuerzas de Defensa, pero en realidad solo existen dos reglas para invadir un territorio: de forma masiva, como hizo Rusia e n Ucrania en febrero de 2022, o mediante grupos de asalto. La acumulación de efectivos y tanques en la divisoria apunta en la primera dirección.

En función de los pasos dados hasta ahora y el lenguaje agresivo, casi letal, que utilizan el Gobierno de Netanyahu y el ejército, algunos análisis advierten que, al revés que en anteriores conflictos con Hamás, en esta ocasión parece ocupar un papel secundario la repercusión internacional de una ofensiva total. EE UU acaba de dar su apoyo al primer ministro, aunque con apelaciones a evitar un castigo civil, y las Fuerzas de Defensa advierten que «las escenas» que se vivirán en Gaza serán «difícilmente digeribles» para cualquier observador externo, aunque piden mantener el respaldo.

Las mismas fuentes consideran que prevalece, en cambio, el objetivo de acabar «definitivamente» con la organización islamista y, de paso, mantener el perfil de fortaleza de Israel en Oriente Medio, además de su capacidad de disuasión frente a movimientos como Hezbolá o la Yihad Islámica Palestina. Lo que puede decantar el grado de contundencia de la ofensiva es la suerte de los rehenes, cuya supervivencia sí está ligada a la violencia armada de los próximos días. Durante estas últimas horas, tropas especiales han hecho «varias incursiones» dentro de Gaza en busca de cautivos en manos de Hamás.

Las Fuerzas de Defensa tienen las bazas suficientes para desenvolverse en ambos escenarios. Posee una infanteria muy completa y una aviación moderna y poderosa, con pilotos que conservan la determinación de los veteranos de la II Guera Mundial que manejaron los primeros cazas de Israel al poco de fundarse como Estado. Dado el previsible carácter de guerra urbana que implicará entrar en Gaza, fuentes militares otorgan un valor especial a la unidad terrestre Sayeret Matkal (un grupo curtidode combate especializado en la lucha antiterrorista y el rescate de rehenes) y el ya citado Merkava Mk 4 Barak.

Este tanque cierra, de momento, la evolución de una larga serie de blindados Merkava que forman parte de la historia del ejército israelí. Nunca antes la industria de defensa nacional se ha enfrentado a una situación de inmediatez así: el cMerkava Mk 4 Barak fue presentado el mes pasado públicamente y entonces nadie pensó que unas semanas después será puesto a prueba en una guerra real. Las revistas militares aseguran que está bien diseñado para una contienda urbana. Su sistema de inteligencia artificial permite localizar a un enemigo, prever sus siguientes pasos y responder antes de que se convierta en una amenaza. La tecnologia rompe incluso las barreras físicas del habitáculo: el casco del piloto crea un escenario de realidad aumentada, de modo que sensorialmente puede percibir su entorno como si estuviera fuera del tanque.

Gaza es un territorio pequeño, pero muy complicado para una ofensiva. Ahora, las principales incógnitas consisten en conocer cuánto tiempo llevará y el número de víctimas que costará. Respecto a esto último, caben pocas dudas: el coste será de miles de muertos entre la población civil y, al menos, cientos de militares fallecidos, todo ello en función de variables como el armamento, la resistencia de las milicias y su organización. No obstante, ningún experto cree que la ofensiva pueda terminar en una espiral infinita como la de Rusia y Ucrania.

Eso sí, Netanyahu predice que la guerra «será larga». La población que quede en la zona deberá acostumbrarse a las redadas continuas, los puntos de control y el aislamiento, lo que agravará sus condiciones actuales, sin electricidad, agua ni alimentos. Algunas fuentes ponen el calendario bélico entre seis meses y un año como máximo. Pasar del semestre implicaría una escalada de víctimas mortales «inaceptable», dilapidaría cualquier apoyo internacional que le quedara al Gobierno y lo abocaría a un gasto difícil de soportar. Lo que suceda más tarde es una incógnita, pero los medios occidentales opinan que Tel Aviv no está por la labor, política ni económicamente, de quedarse en una Gaza ocupada. La historia viene a decir que, después de cada incursión más allá de la Franja, los israelíes regresan a su territorio después de lograr sus objetivos.