El opositor ruso, Navalni, culpable de estafa

La que se ha juzgado ahora bajo la acusación de «estafa» le incrimina por haberse apoderado supuestamente a título personal de las donaciones (350 millones de rublos, cerca de cuatro millones de euros) que recibió su organización, la Fundación de Lucha contra la Corrupción (FBK) ahora disuelta. La de «desacato» se refiere a presuntas «ofensas» de Navalni a la fiscal y la jueza, a las que ridiculizó por sus «escasos conocimientos jurídicos», durante un juicio por difamar a un veterano de guerra. La primera causa se inició en diciembre de 2020 y la segunda en mayo de 2021.

«Navalni cometió fraude, es decir, robó la propiedad de otras personas a través del engaño y la violación de la confianza», ha afirmado la jueza Margarita Kotova.

La autoridad judicial no ha explicado aún la razón por la que se ha decidido celebrar el juicio en la cárcel en lugar de trasladar a Navalni a la sala del tribunal de Lefórtovo. Su entorno cree que el objetivo es complicar a la prensa la cobertura del juicio, que tiene que seguirlo a través de una pantalla en un edificio separado. El líder opositor, cuya esposa Julia fue autorizada a presenciar la vista directamente en el centro penitenciario, solicitó comparecer con ropa civil, no con el uniforme de preso, pero le fue denegado.

Si es reconocido culpable de ambos delitos, podría ser condenado a 16 años más de reclusión, 10 por la apropiación indebida de fondos y 6 por las ofensas. Navalni fue incluido en la lista de «terroristas y extremistas», lo que originará nuevas acusaciones y más juicios. El pasado mes de septiembre, el Comité de Instrucción de Rusia (SK en sus siglas en ruso) anunció el inicio de una causa penal contra el dirigente opositor por crear y encabezar una «organización extremista cuyo objetivo pretendía desacreditar a las autoridades del Estado y sus políticas (…) y promover un traspaso de poder por la vía violenta».

Tras recuperarse en Alemania del envenenamiento sufrido en agosto de 2020 en Omsk (Siberia), Navalni regresó a Moscú el 17 de enero del año pasado y fue detenido nada más poner el pie en el aeropuerto. Resulta que él y su hermano fueron reconocidos culpables en 2014 de «estafa y blanqueo de capitales» en un caso relacionado con la firma francesa Yves Rocher. Fueron condenados a tres años y medio de cárcel.

Aquella pena quedó en suspenso, pero, en febrero de 2021 el tribunal Símonovski de Moscú decidió levantar la suspensión y enviar a Navalni a la cárcel. Y ello pese a que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) tachó aquella condena de «motivada políticamente».

El adversario de Putin fue condenado también el año pasado a pagar un multa de 850.000 rublos (casi10.000 euros) por difamación« contra un veterano de la II Guerra Mundial de 95 años, al que recriminó por participar en un anuncio en apoyo de las reformas constitucional que Putin promovió en 2020 para continuar dos mandatos más al frente de Rusia.