Michelle O'Neill, presidenta del vacío
Perfil ·
La líder del Sinn Féin en Irlanda del Norte saluda a Carlos III con un afán de reconciliación que ella misma boicoteaSecciones
Servicios
Destacamos
Perfil ·
La líder del Sinn Féin en Irlanda del Norte saluda a Carlos III con un afán de reconciliación que ella misma boicoteaEntre los invitados a la coronación de Carlos III no habría veinte menos esperados que una mujer irlandesa de 46 años que dio luz a su hija cuando tenía 16 y creció en una familia en la que había miembros y colaboradores de la organización ... que, en 1979, mató con una bomba colocada en su bote de recreo a lord Mountbatten, mentor del entonces príncipe.
Michelle O'Neill formaba parte de la interesante delegación irlandesa, compuesta por el presidente de la república, Michael D. Higgings, académico y escritor, y su esposa, la actriz Sabina Coyne; el primer ministro más joven de la historia del país, Leo Varadkar, primero también en ocupar la posición de 'Taoiseach' siendo gay y miembro de una minoría étnica; y la popia O'Neill, cuyo título actual más firme es el de líder de su partido en el Norte.
La perspectiva de los republicanos irlandeses sobre Carlos, coronel en jefe del Regimiento Paracaidista, es amarga por la huella de muertes innecesarias que dejó el batallón en Londonderry, en 1972. Pero la presencia de O'Neill en su coronación no era realmente una sorpresa. Isabel II ya dio la mano a Martin McGuinnness en 2021 y Carlos a Gerry Adams en 2017. Ambos eran jefes del IRA que mató a Mountbatten.
Medios británicos e irlandeses han afirmado que, en la gira de las naciones británicas que el nuevo monarca emprendió tras el fallecimiento de su madre, Carlos III tuvo en su parada norirlandesa un encuentro más relajado con O'Neill y Alex Maskey, exmiembro del IRA y expresidente de la Asamblea de Belfast, que con el líder del unionismo probritánico, sir Jeffrey Donaldson.
Michelle O'Neill encarna el nuevo Sinn Féin, el partido asociado históricamente al violento IRA. Tras firmar hace 25 años un Acuerdo de Viernes Santo en el que renunciaban a su ambición de rendir al Estado británico en Irlanda del Norte, los célebres terroristas convertidos en diplomáticos no eran atractivos para los electores de la república del sur.
Adams dimitió como presidente del SF. Con su estilo aún militarista, solo una candidata se presentó para sustituirle, Mary Lou McDonald, una mujer burguesa de Dublín que luce la ambigüedad necesaria para el marketing de la política moderna. El nombramiento de O'Neill como líder en el Norte fue también planeado en el cuarto oscuro, pero su itinerario vital y político es diferente al de McDonald.
Nació en Fermoy, un bello pueblo del condado de Cork, en el sudoeste de la isla de Irlanda. A los cuatro años, su familia se trasladó a Dunganon, la capital de la dinastía de los O'Neill, en el centro de la geografía del viejo condado de Ulster. Y en 1982 era sacudido por la partición de la isla y el cambio de mapa, por la violencia sectaria que había estallado en la década anterior.
El padre de O'Neill estuvo en prisión como miembro del IRA, dos primos murieron por disparos de unidades del Ejército británico, y uno de sus tíos tenía un cargo de responsabilidad en la estructura de la organización para recaudar fondos. Medio centenar de personas murieron en Dunganon, con una población de 14.000, durante el conflicto conocido como 'The Toubles'.
La experiencia de su embarazo adolescente le hizo más fuerte, explicaba en una entrevista publicada en el 'Belfast Telegraph'. «Yo sé lo que ocurre en circunstancias difíciles. Sé lo que significa luchar, ir a la escuela y tener un bebé en casa, mientras estudias para tus exámenes», decía. Y en otra entrevista, esta con la BBC, recordaba la crueldad en el colegio católico al que acudía, con la excepción de una profesora.
El padre de O'Neill, que ya era concejal del SF en la localidad, la defendió ante los responsables de la escuela y le inspiró la pasión por la política. Estudió contabilidad. Casada y madre de dos niños, fue elegida concejal y después diputada en la Asamblea de Belfast. Otra figura paterna, Martin McGuinness, entonces viceministro principal del Ejecutivo autonómico, la promovió.
Fue ministra de Agricultura y también de Sanidad. Como la escocesa Nicola Sturgeon, su personalidad política combina un fuerte acento en las cuestiones sociales y la repetición ritual del afán fundacional del partido, sea la independencia o unificar la isla. McGuinness murió rápidamente de una extraña enfermedad y Michelle O'Neill se convirtió en su sucesora.
Su destino parece no ejercer las funciones que le corresponden. El último legado del McGuinness sanguinario y conciliador fue derribar la autonomía. Las razones del SF para provocar su derrumbe, en enero de 2017, eran variadas, pero en lo esencial querían reforzarse después de un tiempo de debilidad. Tardaron tres años en alcanzar un acuerdo con los unionistas probritánicos para restaurarla.
Michelle O'Neill ejerció como viceministra principal desde enero de 2020 hasta febrero de 2022. El Partido Democrático Unionista(DUP) derribó entonces la autonomía mediante la dimisión de su ministro principal, Paul Givan. Se trataba de un boicot por su rechazo tajante de las medidas que impone a la provincia el protocolo firmado por Londres y Bruselas para el Brexit.
El Sinn Fein ganó las elecciones para elegir un nuevo Parlamento. O'Neill sería ministra principal, la figura más visible de Irlanda del Norte. Pero el DUP impide la formación de Ejecutivo. Su partido la describe como ministra principal designada, un título que no existe. Es admirable su energía para superar las circunstancias difíciles de su vida. Pero de pronto dice que «la guerra vino a Irlanda y en aquel momento no había alternativa» a la violencia, y arruina su estampa.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.