Merkel reforma la ley para imponer a las regiones restricciones drásticas que frenen los contagios

El Gobierno de Angela Merkel aprobó ayer una reforma y endurecimiento de la Ley Federal para la Prevención de Infecciones, que resta competencias a los Estados federados alemanes aún en plena pandemia y permite al Ejecutivo de Berlín imponer restricciones drásticas para combatir la pandemia. Con el visto bueno urgente del Consejo de Ministros, que adelantó incluso un día su reunión ordinaria, el proyecto de ley contempla entre otras medidas el dictado automático de toques de queda entre las 21 y las 5 horas en aquellas localidades o regiones donde en tres jornadas consecutivas se registre una incidencia del virus de más de 100 nuevos casos por cada 100.000 habitantes.

«Las reuniones con los gabinetes regionales ya no son suficientes» para hacer frente a la pandemia». Hay que actuar de manera «consecuente y contundente» para frenar la nueva ola dijo Merkel al defender la iniciativa ante la prensa. Los ciudadanos esperan reglas «comprensibles y claras», añadió la canciller federal, quien calificó lo acordado por su Consejo de Ministros de «decisión importante y urgente».

La ley traerá consigo el fin de las actuaciones individuales por parte de los 'länder' y los ayuntamientos al aplicarse como «freno de emergencia» por igual y de manera automática en cuanto se rebasen los límites de incidencia en cualquier lugar del país, comentó la política conservadora. A su juicio, el objetivo debe ser «sacar a todo el país de esta fase de crecientes cifras de infecciones, del aumento de la ocupación de las estaciones de cuidados intensivos y de las espantoso número diario de fallecimientos».

La reforma legal, que debe ser aprobada aún por las dos cámaras parlamentarias y ha sido bautizada como la «ley del freno de emergencia», es la respuesta de Merkel al incumplimiento sistemático por parte de los Estados federados de los acuerdos que alcanzan el Gobierno federal y los Ejecutivos regionales.

La nueva normativa establece que a partir de la citada incidencia únicamente se permitirán encuentros de los miembros de un hogar con solo otra persona ajena al mismo, tanto en exteriores como en interiores; y se ordenará el cierre de todos los centros culturales y deportivos y la clausura de todo el comercio no esencial. En el resto de los comercios, como supermercados, farmacias, droguerías, kioskos de prensa o mercados de jardinería, se establecen severas medidas de higiene. Y aunque estará permitido el deporte al aire libre, deberá ejercitarse de manera individual o a lo sumo con otras personas del mismo domicilio.

Se prohíben también las pernoctaciones turísticas y se cierran los locales gastronómicos, tanto bares como restaurantes. En los centros educativos se permitirán las clases presenciales con dos test semanales para alumnos y profesores. Si la incidencia supera los 200 casos en una localidad o región, quedarán prohibidas automáticamente todas las clases asistenciales. La ley obliga también a las empresas a ofrecer regularmente test de coronavirus a sus empleados.

La redacción del proyecto de ley ha tenido en cuenta las demandas de los distintos grupos parlamentarios en el Bundestag, el Parlamento federal, y las reservas de los Gobiernos de los 16 Estados federados. Los Verdes, en la oposición, habían indicado de antemano que si se tenían en cuentas sus propuestas apoyarían la iniciativa de la gran coalición, formada por las formaciones de la Unión, cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU), y el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD).

El apoyo de los ecologistas es necesario para alcanzar la mayoría de dos tercios en la Cámara baja germana, obligatoria cuando se trata de tramitar una ley por el procedimiento de urgencia. Está previsto que el viernes cumpla todos los trámites antes de su entrada en vigor.