Merkel niega a Scholz ser el heredero de su legado político

«Existe una enorme diferencia entre él y yo para el futuro de Alemania», afirmó Merkel, molesta al parecer por los intentos de Scholz de erigirse en su heredero político, si bien comentó que se alegra de que Scholz reconozca «todo lo que hemos conseguido juntos en la gran coalición». Anteriormente el primer ministro bávaro y presidente de la Unión Socialcristiana (CSU), Markus Söder, y el primer ministro de Hesse, el cristianodemócrata (CDU) Volker Bouffier, habían acusado al candidato socialdemócrata de tratar de «apropiarse del legado» de la canciller federal. Altos representantes de la Unión (CDU/CSU) llevan desde el primer debate televisivo de los candidatos a la jefatura del gobierno alemán este domingo atacando a Scholz, no solo por «tratar de hacerlo todo como Angela Merkel», sino por no excluir tajantemente tras los comicios próximos toda posible coalición con La Izquierda, partido que rechaza las misiones militares alemanas y la pertenencia de la República Federal a la OTAN. La Izquierda preconiza la disolución de la Alianza Atlántica y la creación de un nuevo sistema de seguridad colectivo con participación rusa.

La reacción de Merkel y los conservadores tiene su punto de pánico electoral. Desde hace semanas la popularidad de su candidato, el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, no ha hecho sino caer en picado mientras la de Scholz sube como la espuma. Tanto es así que en las últimas encuestas publicadas este fin de semana el SPD se sitúa con un 23% dos puntos por encima de la Unión. Los sondeos revelan además que el 46% de los alemanes quieren a Scholz como jefe de gobierno y solo un 24% opta por Laschet. Todo un desastre para los conservadores del que es responsable su propio candidato. El aspirante a suceder a Merkel gestionó deficientemente la reciente crisis de las riadas e inundaciones en su región y ofrece permanentemente flancos abiertos para el ataque de sus rivales.

Por otro lado, Angela Merkel anunció que hasta 40.000 afganos, antiguos colaboradores del ejército, diplomáticos y ONG alemanes en su país, así como sus familias, esperan aún poder emigrar a Alemania tras el fin de la operación de evacuación desde el aeropuerto de Kabul. «Estamos hablando de entre 10.000 y 40.000 personas» a las que hay que ayudar a llegar a este país, dijo la canciller federal, quien comentó que se trata de antiguos colaboradores y sus familiares más directos, cuya cifra debe ser definida todavía. «Debemos conocer aún cuantos quieren abandonar su país», añadió, para destacar seguidamente que se encuentra en conversaciones con los gobiernos de Francia, Italia, Gran Bretaña y Holanda para ver la manera de contar «con una mayor presencia temporal en Kabul para tener un diálogo continuado con los talibanes».