«En Ucrania no es tiempo de proponer, sino de actuar deprisa»

Lógicamente, el viaje se canceló pero ahí empezó el germen de Help to Ukraine. La única ONG española con presencia en Ucrania partió de un chat en el que participaban en origen 90 personas y que fueron poco a poco, no solo informando de lo que ocurría, sino contando todo lo que se precisaba. «Al día siguiente ya se pedía ayuda, primero gasolina, y luego la necesidad de evacuar a la gente». La organización sirvió de enlace para sacar de las zonas de conflicto a españoles, hasta un total de 44. La última, Maruja Lorenzo, hace un mes, una vitoriana de 89 años, con problemas de movilidad, así como a más de 500 ucranianos, de los cuales superan el medio centenar los que se han instalado en nuestro país. Pero pasada la emergencia y con una red de contactos se plantearon qué hacer. «Y decidimos seguir ayudando y empezando a gestionar estas ayudas a través de otras instituciones».

Uno de los proyectos que han acometido es la donación de robots medicalizados, a través de la empresa ubicada en Madrid Homedoctor, que permite monitorizar las constantes vitales y almacenar los resultados en el historial médico de los pacientes para detectar anomalías en órganos internos y externos, sin la presencia física del médico. Hasta ahora han entregado ya, de forma altruista, 20 robots, además, de varios vehículos de asistencia médica. «Se busca atender remotamente a personas en zonas de difícil acceso en Ucrania».

El problema, asegura el ovetense Juan Partearroyo, también involucrado en la misión humanitaria, es que se precisa de forma urgente «ayuda económica» y las instituciones y las administraciones no se involucran. «Hemos ido recabando donaciones en metálico, pero se van acabando y llegará un momento en que no podamos continuar, pese a que las necesidades prosiguen».

Se avecinan días muy duros por las gélidas temperaturas que se registran en el país habitualmente y, están seguros, muchas personas no podrán soportar el intenso frío y perecerán por este motivo. El ingenio solo no vale, aunque contribuye. Las bombonas de butano se han reconvertido. Ahora pueden utilizarse en la parte inferior para calefacción y en la superior como fuego para cocinar. Se trata del proyecto 'Burchuika' (estufa tradicional ucraniana). «No hay calefacción ni electricidad; las casas tienen las ventanas rotas y habrá emergencia humanitaria». Por último, el proyecto 'Macarrón' trata de hacer acopio de pasta alimenticia porque «es fácil de cocinar».

Help to Ukranie apela a la solidaridad ciudadana. Se puede enviar dinero en metálico, a una cuenta bancaria y pasta alimenticia. Hay disponible un número de teléfono para contactar con los responsables e informarse (984119998) o en la propia web (helptoukranie.es). «Nos han recibido responsables de la embajada de España en Ucrania, representantes del Ministerio de Sanidad, el ministro de Asuntos Exteriores y el embajador en Ucrania pero faltan actuaciones. En Ucrania no es tiempo de proponer sino de actuar deprisa».