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n. a. erausquin / J. L. gonzález
Lunes, 28 de febrero 2022, 12:16
La noticia llegó este lunes por la tarde. Gracias a una información leída en EL COMERCIO, una empresa de transporte se ha puesto en contacto con Expoacción y ha cedido un autobús para traer a las familias ucranianas que intentan llegar a Asturias con niños que habitualmente participan en el programa de acogida de esta asociación. «No salen de casa o están en los búnkeres. Nos cuentan que disparan desde todos los sitios». Así explica Jorge González, presidente de Expoacción, la situación en la que se encuentran los menores que habitualmente pasan sus veranos en Asturias y que están intentando que puedan abandonar el país. Alrededor de veinte personas relacionadas con la asociación, entre niños, padres y abuelos, están intentando llegar a la frontera con la Unión Europea.
El aumento de la ofensiva complica la situación en el terreno y está dejando, además, atrapados a aquellos que intentan abandonar el país o la capital. Es el caso de las hermanas y abuela de Anastasia Zhythyk y María Pavlovska, que residen en Gijón, y cuya hermana y madre estaban de viaje en Asturias cuando ha estallado la guerra. Sus hermanas y su abuela no logran salir de Kiev, con la mayoría de puentes y carreteras ya destrozadas. Su padre, con sus otros tres hermanos, consiguió hacerlo antes y, tras no poder cruzar la frontera por Polonia -no lo permiten a varones de entre 18 y 60 años-, ha conseguido hacerlo por Rumanía y ahora viaja hacia Asturias en coche.
No es la única familia que lo hace. De momento, cuatro han logrado cruzar la frontera de Ucrania y se dirigen por diversos medios hacia el Principado con un total de once menores. Están el padre y los hermanos de Anastasia y María, también otro grupo formado por una abuela, una madre y dos niños. En este caso una de las pequeñas suele venir a Asturias en verano y la progenitora es monitora del programa de acogimiento. Se encuentran en Polonia, en un alto en el camino a la espera de ver si prosiguen hacia España, con cierta esperanza por la negociación entre Rusia y Ucrania anunciada. Cerca de Bucarest, en Rumanía, se encuentra otra familia formada por un padre, una madre y tres niños de 5 y 4 años y 7 meses. En su caso viajan en autobús. Y desde Moldavia habría otro grupo con tres menores más.
Los viajes se están complicando por la falta de internet en los móviles al abandonar Ucrania y la necesidad de contar con algún wifi libre para comunicarse y también por la escasez de recursos económicos, ya que se trata de familias modestas, que salieron de casa prácticamente con lo puesto y que, además, en muchos casos han tenido que recurrir a sobornos para atravesar la frontera, sobre todo, en el caso de grupos con varones mayores de edad. «Estamos mirando cómo poder mandarles dinero para los billetes de autobús o gasolina», explica González.
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El gran problema que se está encontrando la entidad para conseguir traer a los niños a Asturias es la de lograr que pasen la frontera. A las dificultades para llegar al límite de un país en guerra se suman las trabas burocráticas de cruzar a otro Estado. En el caso de los niños que están de camino a Asturias, vienen acompañados por al menos uno de sus progenitores, lo que facilitó la salida del país. Sin embargo, en un caso no está siendo así. Ante la desesperación por salvar a los niños, una madre ha enviado a una pequeña con unos conocidos y esta se ha quedado sola en Moldavia.
La disposición de Expoacción para acoger a los menores es total. La entidad está en contacto con un gran número de familias de todo el territorio asturiano que se han ofrecido a dar cobijo a los pequeños. De hecho, de los 100 menores que contaban el viernes poder acoger, ya han pasado a 200, gracias a la solidaridad de múltiples familias que se han puesto en contacto con ellos. El propio Jorge González se va a hacer cargo de uno de los menores, mientras se trabaja con las familias voluntarias en buscar cobijo para el resto.
La situación es muy diferente a la que experimentan cuando se trata de los programas de Vacaciones en Paz. En dichos periodos, los niños se alojan solos en casa de las familias de acogida, pero en este caso lo harán acompañados de alguno de sus progenitores.
La situación legal de los menores no es la misma que cuando vinieron a los programas de verano. Ahora serán solicitantes de asilo, lo que implica poner en marcha una serie de trámites legales. Expoacción tiene entre sus voluntarios a dos policías, que se encargarán de echar una mano con las peticiones de asilo. «Una vez que consigan la tarjeta de petición de asilo, podrán inscribirse en el colegio y acceder a la Seguridad Social. Otros años tramitábamos con el Principado una acogida temporal, esto ya es una petición de asilo», señaló Jorge González.
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