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M. Pérez
Martes, 8 de abril 2025
El Gobierno de China ha reclamado a sus ciudadanos que eviten las zonas en guerra o se involucren en conflictos armados tras la polémica surgida ... tras la captura de dos combatientes de esa nacionalidad junto a las tropas rusas en Ucrania. El Ministerio de Asuntos Exteriores ha emitido un comunicado en este sentido, donde asegura que trata de verificar las informaciones procedentes de Kiev sobre este apresamiento mientras considera «infundadas» las revelaciones del presidente Volodímir Zelenski sobre que cientos ciudadanos chinos luchan al lado del ejército del Kremlin.
«El Gobierno chino siempre ha pedido a sus ciudadanos que se mantengan alejados de las zonas de conflicto armado y eviten involucrarse en ellos de cualquier forma», ha declarado Lin Jian, portavoz del ministerio, tras recordar que la posición de Pekín sobre »la crisis de Ucrania es clara e inequívoca y ha obtenido la aprobación generalizada de la comunidad internacional».
El principal problema de la aprehensión de los dos ciudadanos chinos es el momento en el que se produce, en un escenario de máxima tensión entre el gigante asiático y Estados Unidos con motivo de la particular guerra arancelaria emprendida por Donald Trump. También resulta negativa para los esfuerzos constantes de Pekín de rechazar las acusaciones de la comunidad internacional sobre un supuesto apoyo a Rusia en el conflicto armado. China mantiene un difícil equilibrio entre la actitud neutral que quiere mostrar hacia la invasión y la profundización de sus acuerdos de cooperación bilaterales con Moscú.
Aunque el Gobierno ucraniano ha sido el primero que piensa que los combatientes apresados son mercenarios, Estados Unidos se ha apresurado ya a denostar la presencia de «soldados chinos» en territorio ucraniano y califica el hecho de «alarmante». La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, ha aprovechado a echar más leña al fuego al señalar a Pekín como «uno de los grandes facilitadores» del ejército ruso y asegura que proporciona a Moscú el «80% de los productos de doble uso que necesita para mantener la guerra», en referencia a las mercancías susceptibles de tener utilidades civiles y militares.
Las investigaciones de los servicios nacionales de Inteligencia apuntan a otros derroteros. Los dos combatientes formaban parte de un comando de seis paramilitares, todos ellos de origen chino, que realizaban una operación en Donetsk bajo las órdenes de mandos rusos. Los agentes han llegado a la conclusión de que los mercenarios habían sido reclutados mediante contratos firmados con el ejército del Kremlin y, por lo tanto, no fueron enviados por el Gobierno chino al frente ucraniano.
Las mismas fuentes sostienen que los combatientes incluso habrían sido engañados para servir en las filas de Rusia mediante falsas promesas de altas retribuciones. Las autoridades han difundido un vídeo en las redes sociales donde aparece uno de los prisioneros, maniatado y vestido con uniforme militar, mientras habla en mandarín.
Los dos detenidos permanecen bajo la custodia del servicio de Inteligencia desde el martes para determinar qué papel desempeñaban en primera línea, mientras el ministro de Asuntos Exteriores, Andrii Sybiha, convocó al encargado de negocios chino en Kiev para exigirle explicaciones. El presidente Volodímir Zelenski declaró ayer que la captura es una señal más de que su homólogo y rival, Vladímir Putin, «no quiere la paz» y recurre a todo tipo de ayuda para fortalecer sus batallones.
Al parecer, los dos combatientes quedaron aislados en una refriega en el este del país, entre Tarasivka y Bilogorivka, y terminaron en manos de las patrullas ucranianas. En este enfrentamiento participaron otros cuatro mercenarios chinos, aunque el ejército no informó de su destino. Ambos llevaban encima documentos de identidad e incluso tarjetas bancarias.
El jefe del Estado evitó cualquier mención a que los dos prisioneros hubieran sido enviados por Pekín a luchar junto a los rusos como sí sucedió en el caso de Corea del Norte. Al menos 10.000 soldados norcoreanos fueron destinados hace tres meses al extremo norte de Kursk y han ayudado a los rusos a expulsar a las brigadas ucranianas de la región. La mayoría de ellos acabaron «masacrados», según los medios kievitas. Murieron, resultaron heridos o fueron capturados.
Sin embargo, a los dos ciudadanos chinos les apresaron en el interior de Ucrania y la hipótesis más factible es que se trate de mercenarios. Moscú y Kiev han recurrido desde los primeros meses de la guerra a nutrir sus ejércitos con soldados de fortuna, voluntarios y exmilitares de otros países. Nunca se ha publicado un registro oficial. No se sabe exactamente cuántos se han alistado ni de que lugares proceden, pero distintos informes de Inteligencia apuntan, por ejemplo, que los invasores han tenido y tienen en sus filas a combatientes de Cuba, India, Yemen, Nepal o Somalia, entre otros lugares de origen. Por su parte, el Kremlin afirma que «mercenarios» de setenta países se han sumado a la Legión Internacional ucraniana.
En el caso de China, ni su Gobierno ni los medios estatales han reconocido la presencia de compatriotas en el frente de Ucrania. Pero sí existen algunos recortes de medios independientes, revistas militares o de blogueros rusos y asiáticos que han publicado apartentemente grabaciones de supuestos mercenarios chinos en las trincheras o compartiendo raciones de alimentos con soldados rusos. En 2023, medios ucranianos señalaban que cientos de asiáticos se habían trasladado a la exrepública soviética para luchar a las órdenes del Kremlin atraídos por los salarios.
China se ha declarado neutral en la contienda bélica, aunque su Gobierno le ha proporcionado respaldo diplomático y comercial a Rusia. El ejemplo más reciente es la visita que el ministro de Exteriores, Wang Yi, realizó el pasado día 1 a Moscú para suscribir varios acuerdos de cooperación bilateral con el presidente Putin y su homólogo, Serguéi Lavrov. Wang dejó claro que las relaciones entre las dos naciones «no van» contra terceros países.
El ministro ucraniano Andrii Sybiha mostró ayer su enfado por la presencia de mercenarios chinos al otro lado de las trincheras. «Los ciudadanos chinos que luchan como parte del ejército de invasión ruso ponen en tela de juicio la postura declarada de China a favor de la paz», escribió en las redes sociales. No hubo respuesta del Gobierno de Pekín ni tampoco del Kremlin.
Su jefe, Volodímir Zelenski, prefirió no ir tan lejos, pero sí mostró su preocupación porque los dos detenidos confirmarían los informes de Inteligencia que apuntan a la presencia de numerosos voluntarios chinos combatiendo contra el ejército ucraniano. «Tenemos información de que en las unidades de ocupación hay significativamente más de dos ciudadanos chinos. Ahora estamos descubriendo todos los hechos», dijo el presidente sobre una investigación a la que ha dedicado a agentes de la Seguridad Nacional y la Inteligencia militar.
«Putin pretende hacer cualquier cosa menos poner fin a la guerra. Busca maneras de seguir luchando», señaló en sus redes, antes de pedir una reacción de Estados Unidos y de Europa.
Con mercenarios chinos o sin ellos, Zelenski se congratuló de que las unidades ucranianas consiguieran pisar ayer por primera vez la región rusa de Belgorod, situada enfrente de la asediada Járkov. Es el resultado de una operación que el ejército inició el mes pasado después de que se viera forzado a replegarse de la vecina Kursk bajo la presión de las fuerzas del Kremlin.
Kiev confía en proteger con esta nueva conquista las poblaciones fronterizas y aliviar el empuje de sus enemigos, obligados ahora a repartir sus unidades entre la defensa de Belgorod y el avance hacia el interior de Ucrania desde Kursk.
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