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En las mismas playas de Francia que en verano toman toallas y colchonetas ahora se multiplican las bolsas de cocaína. Sólo desde el pasado domingo han aparecido alrededor de 2,3 toneladas de esta droga en el litoral norte del país, en puntos como Réville ... o Vicq-sur-Mer, una cifra histórica que ha puesto en alerta a las autoridades galas. «Debemos impedir que este tsunami blanco llegue a nuestras costas», advirtió el ministro de Cuentas Públicas, Gabriel Attal, a mediados de febrero, cuando apareció otro importante alijo (1.900 kilos entonces) en la misma zona.
El hallazgo de cocaína en el litoral francés viene de lejos pero en los últimos meses parece haberse intensificado. El miércoles, por ejemplo, se encontró media docena de bolsas (alrededor de 1,5 toneladas) en la orilla de la localidad de Vicq-sur-Mer y el domingo anterior habían aparecido varios paquetes (en torno a 850 kilos) a apenas 15 kilómetros al sur, en la playa de Réville. El alcalde de este pueblo, Yves Asseline, se acercó a la zona, donde comprobó que los fardos estaban diseñados -bien sellados- para flotar con chalecos salvavidas y permanecer mucho tiempo en el agua. Si la droga hubiera acabado en el mercado podría haber alcanzado los 150 millones de euros. La cuestión que toca resolver ahora es por qué el negocio se quedó a la deriva, en mitad del mar, algo que la fiscalía de Cherburgo investiga desde hace días con el fin de conocer tanto su procedencia como su trayectoria.
Las hipótesis sobre lo ocurrido para que la cocaína llegara hasta las playas son varias. Una opción es que los paquetes fueran arrojados al mar para evitar un control. Tampoco se descarta que cayeran de la embarcación donde viajaban o que las bolsas estuvieran amarradas al casco y se desengancharan. Pero lo único cierto por ahora es que la costa gala sufre un «tsunami blanco» que ha obligado a las autoridades a desplegar aviones y patrullas marítimas en la zona para reforzar la vigilancia. Pero este fenómeno no es nuevo. Antes del alijo del pasado febrero ya se hallaron otros 21 kilos de esta droga en una playa de Berck, también en el norte del país, en mayo de 2021 y 1.600 kilos en los arenales de San Juan de Luz (suroeste) y Camaret (noroeste) a finales de 2019.
El pasado año fue histórico en la incautación de alijos en Francia: 156,7 toneladas de droga. Hasta 27 de ellas eran de cocaína y la inmensa mayoría (el 75%) llegó por mar. El Ministerio del Interior concretó que el «55% de los decomisos procede de las Antillas y de la Guayana», que se trata de «zonas de almacenaje y reexpedición de la cocaína producida en Sudamérica».
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