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Los servicios secretos interiores, exteriores y militares alemanes han advertido este lunes de la amenaza de sabotajes sistemáticos por parte de agentes bajo control de Rusia contra infraestructuras críticas del país. «Observamos una actuación agresiva por parte de la Inteligencia rusa», señaló Thomas Haldenwang, presidente ... de la Oficina Federal para la Defensa de la Constitución (BfV), en la que se integra el contraespionaje germano, durante una audiencia pública del gremio de control parlamentario celebrada en el Bundestag. «Registramos sobre todo el aumento del espionaje y el sabotaje rusos, tanto cualitativa como cuantitativamente», añadió.
«El Kremlin considera Occidente, y con ello Alemania, enemigos», afirmó por su parte, y con la vista puesta en la guerra de Ucrania, Bruno Kahl, presidente de los servicios alemanes de Inteligencia BND, el aparato de espionaje exterior. Kahl destacó que las actividades de Moscú han alcanzado niveles desconocidos hasta ahora. «Putin quiere poner a prueba las líneas rojas de Occidente», destacó el jefe del BND, para quien la posibilidad de que la guerra en Ucrania se agrave y extienda «es todo menos improbable», con lo que aumenta también el riesgo «de que en algún momento» la OTAN acabe viéndose implicada y se vea obligada a intervenir directamente en el conflicto.
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La presidenta de los servicios de Inteligencia militares BAMAD, Martina Rosenberg, comentó que han aumentado apreciablemente los casos en los que agentes rusos tratan de recabar contenido reservado sobre infraestructuras críticas. «El Bundeswehr, el ejército federal, está en su punto de mira», señaló Rosenberg, quien destacó que Rusia trata de conseguir información y datos de envíos de armamento alemán a Ucrania, cursos de adiestramiento para militares de ese país o proyectos armamentísticos y habló de actividades «muy preocupantes» que obligan a elevar la alerta. En ese sentido, Haldenwang subrayó que a Moscú no le importa poner en juego vidas humanas y advirtió de que sus agentes buscan infiltrarse «en todas las áreas de nuestra sociedad liberal».
«Actos de sabotaje y asesinatos selectivos son más probables» a la vista del apreciable aumento de las actividades de agentes rusos en suelo alemán, según afirma la ministra federal de Interior, Nancy Faeser, en declaraciones al rotativo 'Handelsblatt'. La política socialdemócrata comentó que «nuestras fuerzas de seguridad utilizan enormes recursos para proteger a nuestro país de la amenaza de las actividades rusas de espionaje, sabotaje y ciberataques».
Roderich Kiesewetter, vicepresidente del gremio de control parlamentario de los distintos servicios de Inteligencia germanos, comentó que «es altamente probable» que la unidad especial 29155 de los servicios secretos militares rusos GRU esté activa en Alemania, tras asegurar que ya ha sido detectada en Europa, donde se le presume responsable de varios actos de sabotaje.
Los responsables de la Inteligencia subrayaron que Rusia invierte entre tanto en «medios robustos» para socavar el apoyo occidental a Ucrania. Entre tanto ya no se trata de una guerra híbrida contra el país germano, sino de una «guerra real en suelo alemán, advirtieron, para insistir de nuevo en la peligrosidad de esa unidad 29155 del GRU, que es considerada por los servicios secretos occidentales como el comando asesino de Putin. Formada por exmilitares, sus miembros están preparados para llevar a cabo misiones de espionaje en el extranjero.
El objetivo de esa unidad es desestabilizar los países europeos y debilitar así la UE. Se le atribuye múltiples sabotajes y asesinatos de opositores al régimen cometidos en los últimos años. La titular de Interior reveló que Rusia hace uso también de colaboradores locales para realizar sabotajes a cambio de dinero. Lo que los servicios de Inteligencia llaman «agentes de usar y tirar», generalmente hombres jóvenes alemanes de pasado en la extinta Unión Soviética, ideología prorrusa y ganas de ganar dinero rápido. Los reclutan a través de aplicaciones de mensajería en los móviles y carecen de toda formación en materia de espionaje, pero forman parte de la guerra híbrida.
Entre tanto, los servicios de Inteligencia rusos se orientan a la hora de preparar acciones en organizaciones terroristas como Estado Islámico. A través de redes sociales como Telegram reclutan voluntarios para realizar atentados con bombas y todo tipo de «acciones subversivas» en todo el continente. Pagan las misiones en criptomonedas a partir de una tarifa mínima de 400 euros, según revela el 'Handelsblatt', diario en el que un representante anónimo de unos servicios secretos amigos del este de Europa advierte de que no se debe minusvalorar a los rusos: «Aprenden muy rápido y adaptan su estrategia en cuanto notan que estamos detrás de ellos».
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