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beatriz juez
Corresponsal. París
Sábado, 23 de abril 2022, 00:12
El análisis de los resultados de la primera vuelta revela un perfil muy distinto del votante de Emmanuel Macron y del de Marine Le Pen, según un sondeo de Ipsos y Sopra Steria para France TV y Radio France. Mientras los directivos y los jubilados ... votaron por el presidente saliente, los obreros y empleados metieron en la urna la papeleta de la ultraderechista. Pistas clave de cara a la segunda vuelta de las presidenciales francesas, que se decidirá mañana.
El sondeo desvelaba también que el líder de extrema izquierda Jean-Luc Mélenchon, que fue eliminado tras quedar tercero en los comicios, fue el preferido por los jóvenes entre 18 y 24 años (31%), seguido de los dos candidatos que continúan en la pugna, Le Pen (26%) y Macron (20%). El líder de La République en marche (La República en marcha) ha recogido más votos entre los franceses de más de 60 años, aunque en el resto de categorías de edad, de 18 a 59 años, Marine Le Pen tiene más apoyos.
En líneas generales, los votantes de Macron tienen un alto nivel adquisitivo y estudios superiores, mientras que los partidarios de le Pen son identificados como de ingresos bajos y con menos estudios. El primero logra, además, el apoyo de los directivos (35% frente al 12% de Le Pen) y de los jubilados (38%-17%), y, en menor medida de los cargos intermedios (28%-24%). En cambio, Le Pen seduce más a los empleados (36% frente al 17% del presidente saliente) y a los obreros (36%-17%), según el sondeo de Ipsos.
Elecciones en Francia:
Consciente del tirón que tiene entre los obreros y las clases populares, la candidata de Rassemblement national (Agrupación Nacional) ha centrado su campaña electoral en la pérdida de poder adquisitivo, el tema que más preocupa a los franceses en estos comicios, en vez de hablar de inmigración y seguridad ciudadana, que habitualmente son dos de los temas preferidos de la extrema derecha.
En esta ocasión, Le Pen prefirió dejar los asuntos más polémicos al aspirante ultra Éric Zemmour, que tenía posiciones más radicales que ella. Zemmour ha actuado como pararrayos de las críticas. Esto le ha servido en la estrategia para «desdemonizar» la imagen de su partido. Su objetivo: parecer menos extremista y seducir a buena parte del electorado para conseguir la victoria.
Según el nivel de estudios, también hay diferencias entre los votantes de Macron y Le Pen. Los franceses con formación universitaria, ya sea una diplomatura (31% frente a 23%) o una licenciatura (33%-13%) votan más por el presidente. Su rival, sin embargo, es la preferida entre aquellos que tienen estudios básicos (35%--23%) y los que solo han conseguido el bachillerato (27-26%).
Y, por supuesto, también están los ingresos, que influyen en el sentido del voto, según el sondeo. Aquellos electores con salario mensual neto de menos de 1.250 euros se inclinaron por Le Pen (31%-14%), mientras que en aquellos hogares en los que entran más de 3.000 euros netos al mes (35%-19%) la papeleta fue mayoritariamente para Macron.
Los católicos votaron más por este aspirante (32%) que por Le Pen (27%), mientras que los electores que dijeron profesar otras religiones lo hicieron durante la primera vuelta más a favor de Mélenchon (36%); Macron fue el segundo (22%) y Le Pen (13%) la tercera. El voto de los electores que se definen como «sin religión» también se lo llevó Mélenchon (30%), seguido de Macron (25%) y Le Pen (21%).
Casi tres de cada diez franceses en edad de votar (26%) se abstuvo en la primera vuelta. Casi la mitad de los votantes de 18 a 24 años (42%) y de los de 25 a 34 (46%) no acudieron a las urnas, mientras que en el resto de categorías por edad el abstencionismo se movió entre el 12% de los franceses de 60 a 69 años y el 23% que tiene más de 70.
Un obrero de cada tres (33%) tampoco depositó su papeleta en la primera vuelta, frente al 26% de los directivos y el 27% de los profesionales intermedios y empleados, según precisa el sondeo de Ipsos y Sopra Steria. Los dos candidatos han tratado de movilizar estos días a los abstencionistas y a los indecisos.
Y cada uno con su propia carta de presentación. Le Pen como la candidata del pueblo frente a «la casta», en un intento de atraer a las clases populares, los 'chalecos amarillos' y a los votantes del izquierdista Mélenchon. «Si el pueblo vota, el pueblo gana», ha repetido hasta el último momento. Macron, que entre las dos vueltas ha dado un giro más ecologista y social a su programa para atraer también a la izquierda, recuerda que «el voto es un deber. Muchos han luchado para que tengamos ese derecho. A 1.500 ó 2000 kilómetros de aquí (en Ucrania) la democracia es bombardeada».
Los candidatos cerraron ayer la campaña presidencial instando a los franceses a acudir a las urnas. «Nada está decidido», advirtió Macron en su último acto de campaña en Figeac, en el sur de Francia. «El 24 de abril será un referéndum por o contra Europa; por o contra una república laica, unida e indivisible; por una Francia económicamente fuerte; y por o contra la fidelidad a nuestros valores, a nuestra Historia y a lo que somos realmente». El candidato centrista acusó a Le Pen, hija del líder histórico de la extrema derecha Jean-Marie Le Pen, de ser «la candidata de un clan». Ésta comprimía ayer todo lo que está en juego en las urnas con un básico «¿o Macron o Francia?».
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