Le Pen, relegada a un segundo plano en las legislativas francesas

Le Pen, de 53 años, lleva diez meses en la carrera electoral. En su rostro se refleja bien el cansancio acumulado por el gran número de horas de entrevistas, mítines, encuentros con votantes y viajes por todo el país. Tras una extraña campaña para las presidenciales de abril, marcada por la guerra de Ucrania, la ultraderechista lucha ahora por obtener un buen resultado en las legislativas.

La primera vuelta de este domingo y la segunda de dentro de ocho días convoca a los franceses a las urnas para renovar los 577 escaños de la Cámara baja del Parlamento. Le Pen, candidata a su reelección como diputada por el departamento de Pas de Calais desde 2017, arrancó el 8 de mayo su caminar hacia el hemiciclo, aunque se ha implicado poco. De hecho, desde el principio, dio por hecho que el partido de Macron y sus aliados van a ganar los comicios.

La líder de la extrema derecha francesa sabe que en las legislativas su formación suele pinchar porque el resto de partidos se unen en la segunda vuelta en un cordón sanitario contra ella. De esto modo, impiden que Reagrupación Nacional, exFrente Nacional, logre un gran número de diputados.

No obstante, Le Pen ha despertado de su letargo en los últimos días para que sus simpatizantes acudan a votar. «Hay una paradoja: quienes sufren más de las políticas de Emmanuel Macron –las clases populares y las clases medias– son los que votan menos», ha señalado. «Aún tienen tiempo para convencer a su familia, sus amigos, sus compañeros y sus próximos para acudir a las urnas. Si el pueblo vota, el pueblo gana», animó.

Recordó en una entrevista en la cadena de televisión BFMTV que en la Asamblea Nacional será donde se voten medidas que afectarán a los ciudadanos, como, por ejemplo, «el poder adquisitivo, el precio de la energía, la jubilación a los 65 años, el control de la inmigración y la imposición de penas más severas». Le Pen acusó a Mélenchon de mentir a los franceses, haciéndoles creer que si la unión de partidos de izquierda (Nupes) obtiene la mayoría absoluta en la Cámara –al menos 289 escaños de 577–, Macron se verá obligado a nombrarle a él primer ministro, ya que habría una cohabitación. «Tiene menos posibilidades de ser primer ministro que yo de ganar la lotería sin jugar», opinó la candidata.

Por su parte, el eurodiputado Jordan Bardella, presidente de Reagrupación Nacional, presenta a su partido como «la única opción patriota» que habrá en las urnas. «No votar es complacer a Macron y darle cinco años más de manos libres para penalizar a las familias, golpear a las clases populares, continuar la sangría fiscal y agravar el saqueo social», advirtió Bardella, novio de una sobrina de Le Pen.

Si hoy se celebrara la segunda vuelta de las legislativas, el partido de Macron y sus aliados obtendrían entre 260 y 300 escaños; la unión de partidos de izquierda, entre 175 y 215 asientos; Los Republicanos; entre 35 y 55, y el partido de Le Pen, entre 20 y 50, según el último sondeo de Ipsos Sopra Steria para France TV y Radio France.

Actualmente la formación ultraderechista solo tienen 6 de los 577 diputados de la Asamblea Nacional. Si obtuviera al menos 15 podría formar grupo parlamentario propio y con 58 escaños presentar una moción de censura.