Primeras grietas en la coalición de Gobierno italiano

Debía aprobarse el recorte impulsado por el Ejecutivo de 90 a 70 euros por familia de la tasa que los italianos pagan para sostener la Rai, la radiotelevisión pública. HdI y la Liga votaron a favor, pero los dos senadores de FI lo hicieron en contra, sumándose a los legisladores de la oposición. Más allá de que la propuesta fuese rechazada, la votación desnuda las tensiones internas cada vez más fuertes dentro de la coalición entre los dos socios minoritarios: Salvini y Tajani.

Tras tratar de reconducir sin éxito la situación invitando a sus aliados a una cena en su casa el pasado domingo, Meloni intentó mostrar después del polémico voto en la comisión del Senado que la crisis puede superarse. «Si hemos conseguido un alto el fuego en Líbano, podemos también lograrlo sobre el canon de la Rai», comentó. Tajani, por su parte, justificó su posición porque a su juicio la rebaja de 20 euros no resulta significativa para reducir la presión fiscal a las familias, mientras que obligaría a cargar los Presupuestos con 430 millones de euros adicionales para financiar la radiotelevisión pública. «Con ese dinero se pueden de verdad recortar los impuestos», señaló el líder de FI, defendiendo la «coherencia» de su partido y asegurando que no existe «ningún tropiezo» dentro de la coalición que sostiene al Gobierno.

Según algunos medios italianos, la negativa de Tajani a rebajar el canon de la Rai se explica por la necesidad de defender los intereses de los herederos de Berlusconi, propietarios del conglomerado audiovisual Mediaset, la principal competencia de la televisión pública. Si ésta recibiera menos dinero de los contribuyentes, podría tratar de cuadrar sus cuentas aumentando sus espacios publicitarios, lo que tendría un impacto negativo para Mediaset.

Tajani seguiría así la línea marcada por Berlusconi, que desde su entrada en política en 1994 hasta su fallecimiento en junio de 2023 utilizó FI para defender sus intereses económicos particulares. Su heredero político continuaría de esta manera con la idea del 'partido-empresa', aunque suponga abrir una pugna con sus aliados de Gobierno. De hecho, los senadores de la Liga respondieron a la votación contraria de FI en la comisión presupuestaria absteniéndose en una moción posterior impulsada por la fuerza política de Tajani.

A Meloni se le abre un terreno difícil a partir de ahora. Aunque su partido continúa liderando con amplio margen las encuestas sobre intención de voto, la pelea entre sus aliados pone en riesgo la estabilidad del Ejecutivo. Una posible salida a la crisis vendría con el cambio de algunos ministros, aprovechando la salida del Gabinete de Raffaele Fitto, recién nombrado vicepresidente de la Comisión Europea.

Para Elly Schlein, líder del Partido Democrático, principal fuerza política de la oposición de izquierdas, la actual situación demuestra que la coalición de Gobierno está «hecha añicos» y que las divisiones internas resultan «evidentes». «Van a la deriva, están demasiado ocupados discutiendo entre ellos, en lugar de gobernar el país y de ocuparse de la sanidad, de los sueldos y de los problemas concretos de los italianos», denunció Schlein.