El Parlamento alemán exige hacer público el informe que atribuye el covid a una fuga de laboratorio en China

El informe, revelado este miércoles por un equipo de investigación del diario 'Süddeutsche Zeiung' y el semanario 'Die Zeit', data del mismo año del comienzo de la propagación del virus Sars-CoV-2 y ha sido guardado desde entonces en el máximo de los secretos primero por el Ejecutivo de la entonces canciller federal Angela Merkel y luego por su sucesor Olaf Scholz.

Pekín ha vuelto a rechazar entretanto que el virus fuera creado en un laboratorio chino y reiterado la versión de que el patógeno tiene origen animal y su transmisión a seres humanos se produjo en el mercado de animales exóticos de Wuhan, una tesis para la que aún no se han presentado pruebas fehacientes.

En una declaración hecha pública tras una reunión del citado gremio parlamentario, se critica que no fueran informados en su momento del análisis de la Inteligencia germana, pero se «celebra expresamente» que el Gobierno federal haya encargado a un grupo de científicos internacionales verificar ahora el documento de los servicios secretos.

Los diputados exigen, sin embargo, que la opinión pública sea informada sobre su contenido lo más tarde cuando esos expertos presenten sus conclusiones sobre el informe secreto del BND, que aporta al parecer indicios claros de que el coronavirus es una creación artificial del Instituto de Virología de Wuhan, a cuyos científicos acusa de manipulación negligente del mismo.

El BND llegó a la conclusión sobre el origen del virus Sars-CoV-2 tras el análisis de datos públicos, pero sobre todo por la información secreta obtenida en la llamada 'Operación Saaremaa', fundamentalmente material de instituciones científicas chinas, entre ellas el instituto de Wuhan, uno de los más importantes en China para la investigación virológica.

Además de recabar indicios de arriesgados experimentos de 'gain of function', técnica que permite crear virus sumamente peligrosos en un laboratorio alterando de manera artificial virus naturales, los agentes del BND comprobaron que los responsables chinos de esos experimentos violaron sistemáticamente las normas de seguridad de sus laboratorios.

El BND recibió al parecer la orden expresa de la Cancillería Federal de investigar el origen del coronavirus y todavía bajo el mandato de Merkel, el presidente de esos servicios de Inteligencia exteriores, Bruno Kahl, informó personalmente a la política conservadora sobre la operación secreta en marcha y las conclusiones de sus agentes.

A la tesis de que el coronavirus es un producto de laboratorio se le concedió entonces entre un 80% y un 95% de veracidad. La Cancillería Federal decidió, sin embargo, mantener esa polémica valoración en el más absoluto de los secretos. Tanto Merkel como su entonces ministro de la Cancillería Helge Braun no han querido pronunciarse sobre las revelaciones del diario y el semanario.

Ambos medios destacan que nada más convertirse en jefe del Gobierno federal, Scholz fue informado también personalmente por Kahl sobre las conclusiones del análisis del BND. Este fue ocultado, sin embargo, al gremio de control parlamentario de los servicios secretos alemanes y a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

'Die Zeit' y el 'Süddeutsche Zeitung' revelan igualmente que no fue hasta finales del año pasado cuando el Gobierno federal encargó verificar la información recabada por el BND sobre el origen del virus Sars-CoV-2 a expertos externos. El trabajo de estos, cuya identidad no ha sido facilitada, se encuentra actualmente en marcha y aún no han ofrecido sus conclusiones.

Confrontado con un catálogo de preguntas sobre el caso por el semanario 'Die Zeit', un portavoz oficial del Gobierno germano respondió lacónicamente que «por principio, no hacemos comentarios públicos sobre asuntos de la Inteligencia». Tampoco responsable alguno del BND ha querido responder a preguntas de los autores del artículo de investigación periodístico.