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París
Martes, 4 de octubre 2022, 17:26
El ministro francés de Justicia, Éric Dupond-Moretti, y el secretario del Palacio del Elíseo, Alexis Kohler, se aferran a sus cargos, a pesar de sus problemas en los tribunales, mientras los partidos de la oposición exigen que dimitan. Por ahora, los dos cuentan con ... el respaldo del presidente, Emmanuel Macron. «En un mismo día, la imputación del principal colaborador del jefe de Estado y del ministro de Justicia. Espero con impaciencia las llamadas a la dimisión por parte de los diputados de la mayoría relativa» (el partido de Macron y sus aliados), escribió con ironía en Twitter Olivier Faure, primer secretario del Partido Socialista.
Dupond-Moretti será procesado por «conflictos de intereses» por el Tribunal de Justicia de la República (CJR), el único competente para juzgar a los miembros del Gobierno galo por actos cometidos en el ejercicio de sus funciones. El ministro está acusado de utilizar su cargo para presuntamente ajustar cuentas con magistrados con los que había tenido enfrentamientos en el pasado cuando era un famoso abogado penalista, según la denuncia presentada por los dos principales sindicatos de magistrados contra él.
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El ministro de Justicia, que supo ayer que será juzgado por el CJR, considera que su dimisión «no está en el orden del día». «Tengo mi legitimidad del presidente de la República y de la primera ministra (Élisabeth Borne). Ella me ha reiterado su confianza», dijo Dupond-Moretti, quien opina que el hecho de que vaya a ser juzgado «no entorpece» su trabajo como ministro.
Por otro lado, Kohler, brazo derecho de Macron, fue imputado también ayer por «conflicto de intereses» por su lazos familiares y profesionales con el gigante naval Mediterranean Shipping Company (MSC). El secretario del Elíseo aprobó en 2010 y 2011 contratos entre MSC y el puerto de Havre sin hacer público sus lazos familiares con la empresa. Este armador italo-suizo está fundado y dirigido por los primos de su madre. Por aquel entonces, Kohler era representante del Estado en el consejo de administración de la empresa que gestiona el puerto de Havre.
«¿Quiere (Macron) mantener en un puesto tan sensible (secretario general del Elíseo) a alguien sospechoso de conflicto de intereses?», se preguntó la ultraderechista Marine Le Pen, quien cree que Kohler «no debería estar en ese puesto». Mathilde Panot, líder de los diputados de La Francia Insumisa, pidió que «el protegido de Macron» (Kohler) «rinda cuentas», mientras que la ecofeminista Sandrine Rousseau exigió la dimisión de Dupond-Moretti. Rousseau considera que el ministro no sólo tiene problemas con la Justicia, sino que además es un incompetente.
En 2017, Macron, por entonces joven candidato presidencial, consideraba que si un ministro era imputado, debería dimitir. Ahora, sin embargo, respalda a Dupond-Moretti y Kohler. La doctrina ha cambiado. «Cuando un ministro es condenado, debe abandonar el Gobierno», zanjó ayer el debate el ministro de Cuentas Públicas, Gabriel Attal.
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