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Justo un mes después de vencer en las elecciones por un puñado de votos, y con un delicado horizonte marcado por la inestabilidad, el Ejecutivo portugués que lidera Luís Montenegro (Alianza Democrática) trató este miércoles de hacer un guiño al resto de partidos con la ... presentación de un programa de gobierno que incluye hasta sesenta medidas propuestas durante la pasada campaña por las otras formaciones que han conseguido escaño en la Asamblea. «Es un proyecto de cambio, pero también de diálogo», aseguró el ministro de la Presidencia, António Leitao, sobre el documento, que renuncia a algunas de las ideas con las que la coalición acudió a las urnas como la revisión de la Constitución para reforzar la autonomía regional o la creación de un código de conducta para la clase política.
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El plan de gobierno, aprobado este miércoles en Consejo de Ministros, «se basa en el programa electoral de la AD» y está pensado para un «país abierto, comprometido con la Unión Europea, en la transición energética, la calidad de la democracia y la lucha contra la corrupción», enumeró Leitao. A lo largo de sus páginas, dijo, aparecen «decenas» de iniciativas donde hay «confluencia» con las ideas de otros partidos. El Ejecutivo de Montenegro asume, entre otras, las medidas para la protección de la industria conservera del país planteadas por los comunistas o la apuesta por la promoción de las actividades escolares al aire libre que los animalistas defendieron en campaña.
El nuevo Gobierno trata de allanar así un mandato condicionado por su debilidad parlamentaria –la AD suma 80 de 230 escaños, sólo un par más que los socialistas del PS– y la negativa del propio primer ministro a negociar un acuerdo a largo plazo con la extrema derecha de André Ventura (Chega) a cambio de cierta tranquilidad para la legislatura. El ministro de la Presidencia ni siquiera quiso este miércoles concretar las propuestas de la formación ultra que se han recogido en el programa aunque en materia migratoria, una de las obsesiones de este partido, el documento aboga por endurecer las normas de entrada a Portugal para los inmigrantes y, por ejemplo, limitar los permisos de residencia para extranjeros a «contratos de trabajo previamente celebrados o mediante una visa de búsqueda de trabajo».
Pero si hay una cuestión que sobresale entre las preocupaciones de los lusos –y que ha generado numerosas protestas en las calles– es la sanidad y, en ese contexto, Montenegro se compromete a presentar un plan de emergencia en sesenta días. El primer ministro apuesta por la contratación de médicos privados o ya jubilados cuando se supere el tiempo máximo de respuesta para las especialidades o por reforzar la salud mental. También quiere reformar la educación con un nuevo plan de estudios, aumentar la presencia de la mujer en la Policía, atraer a los jóvenes portugueses que se han marchado del país, incrementar las pensiones, privatizar la aerolínea TAP, promover la natalidad, subir el salario mínimo hasta los 1.000 euros... El objetivo, insistió Leitao, es construir «un país más justo y solidario».
El Ejecutivo espera que el debate parlamentario sobre su programa de gobierno discurra este jueves y viernes sin contratiempos tras hacer hueco en el documento al resto de partidos. La verdadera prueba de fuego llegará a finales de año con el proyecto de presupuestos para 2025. No sería la primera vez que el país se ve abocado a unas elecciones anticipadas por la imposibilidad de sacar adelante las cuentas.
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