Macron y Le Pen confrontan sus programas

Es una de las cuestiones que sin duda ambos candidatos abordarán en el debate. Sus caminos confluyen en el objetivo de modificar la 'Carta Magna', pero colisionan en el procedimiento que ha de seguirse. Macron se comprometió con la reforma constitucional en 2017. Pero ha fracasado en el objetivo por la falta de acuerdo entre las dos cámaras del Parlamento. Impidieron que su proyecto cristalizase y ahora el candidato vuelve a insistir. Macron habla de que es necesario «modernizar» el gran marco jurídico de los franceses.

Y aquí Le Pen se inclina por una reforma de la Constitución vía referéndum, lo que, según denunció su oponente «no es conforme a la Constitución», pues ésta establece que primero hay que obtener el visto bueno de las dos cámaras. La ultraderechista quiere esa consulta popular para materias vinculadas con la inmigración y para fijar «la prioridad nacional» en lo que se refiere al acceso a la vivienda, al empleo y a las ayudas sociales. También apuesta por la primacía del derecho francés sobre el internacional y europeo.

Le Pen ha preferido centrar su campaña en el poder adquisitivo, en vez de la inmigración y la seguridad, los temas preferidos de la extrema derecha, consciente de que esto puede quitarle votos. Parece más moderada, aunque una lectura de su programa muestre lo contrario. Porque quiere poner fin a la reagrupación familiar, eliminar el derecho de suelo, quitar el permiso de residencia a los extranjeros que no hayan trabajado desde hace un año y expulsar a clandestinos y criminales fichados. También aboga por vetar el uso del velo islámico en público a las mujeres.

Macron, por su parte, promete la expulsión de los extranjeros que alteren el orden público, acelerar los trámites de asilo y condicionar la tarjeta de residencia de larga duración al resultado de un examen de francés y la inserción social. A nivel europeo, Macron defiende reformar el espacio Schengen y reforzar Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas. Le Pen se inclina por renegociar los acuerdos de Schengen y restablecer el control en las fronteras galas.

Si es reelegido Macron promete «el renacimiento» del sector nuclear civil en Francia, sin dejar apostar por las energías renovables. El proyecto, construir seis reactores nucleares EPR de nueva generación de aquí a 2050, con opción a levantar ocho más. Le Pen, por su parte, promete que si gana los comicios construirá tres reactores nucleares EPR y frenará el desmantelamiento de la central de Fessenheim. En plena crisis energética por la guerra de Ucrania, propone bajar el IVA del 20 al 5,5% en todos los productos energéticos (gasolina, gas y electricidad). A diferencia de Macron, quiere frenar la energía eólica y desmantelar los parques existentes porque estropean el paisaje.

El presidente electo aboga por la creación de una Europa de la Defensa. Le Pen es euroescéptica, aunque ya no propone dejar la UE y el euro. Su apuesta, «una Alianza europea de Naciones». En cuanto a la OTAN, la candidata promete que sacará a Francia del «comando integrado» de la Alianza Atlántica, mientras que su oponente apuesta por seguir en el bloque multinacional.