Macron y Le Pen apuran la campaña convencidos de que «nada está decidido»

«Nada está decidido», advirtió este jueves Macron en Saint-Denis, en las afueras de París. El candidato centrista, que parte como favorito en los sondeos, instó a todos aquellos que le apoyan a «redoblar los esfuerzos» para que salga reelegido en las urnas. «Pienso que tengo todas las posibilidades de ganar» se mostró, por su parte, convencida Le Pen. «Si el pueblo vota, el pueblo gana», aseguró la candidata de extrema derecha en su último mitin electoral en Arras, en el norte del país.

Macron y Le Pen volvieron este jueves sobre el terreno. Su objetivo: mostrarse cercanos al pueblo a tres días de los comicios del domingo. Lo hicieron horas después del tenso debate presidencial del miércoles, en el que confrontaron sus programas políticos y sus visiones de Francia, de Europa y del mundo. ¿Quién ganó el duelo televisivo? «Nuestros compatriotas lo dirán el domingo», se limitó a decir el candidato de La República en Marcha.

La dirigente de ultraderecha criticó, por su parte, «la arrogancia sin límites» de Macron en el duelo televisivo. «Un presidente no debería comportarse así», opinó la candidata ultraderechista, que prometió que si gana las elecciones será «la presidenta del respeto de los franceses».

Macron consideró que el debate permitió «mostrar un proyecto coherente y otro menos». Y opinó que el programa de su oponente solo «busca dividir». «Es un proyecto que confunde todos los asuntos. En el debate, (Le Pen) ha confundido inseguridad, inmigración, islam e islamismo», recordó el presidente saliente.

El candidato de La República en Marcha visitó este jueves Saint-Denis en busca de los votos del candidato de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon. En el departamento de Seine-Saint-Denis, el departamento más pobre de Francia, Mélenchon obtuvo el 49,09% de los votos en la primera vuelta, seguido de Macron con un 20,27% y Le Pen con un 11,88%. El jefe del Ejecutivo se mostró dispuesto a «luchar hasta el último minuto» para ganar las elecciones. Como una imagen vale más que mil palabras, durante una visita a un estadio de Saint-Denis, el candidato se puso los guantes de boxeo e intercambiar algunos golpes con un miembro de una asociación deportiva.

Le Pen, por su parte, afirmó que, a pesar de las críticas de su contrincante, su proyecto, que calificó de «oda a Francia», es «perfectamente realizable, jurídicamente aplicable y financieramente sostenible».

Frente a un sistema «preparado a todo para salvar al soldado Macron», la candidata siente que «una esperanza se levanta en todo el país». «Hijos e hijas de Francia, ¡no escuchéis a los vendedores de miedo! ¡No creáis a los vendedores ambulantes de calumnias!», instó Le Pen a los franceses. La candidata de Reagrupación Nacional considera que este fin de semana los franceses no sólo eligen a quien será su próximo presidente, sino que hará «una elección de sociedad e incluso de civilización».

«El domingo la alternativa es simple: o la visión mundialista de Emmanuel Macron o la visión nacional que nosotros defendemos», dijo Le Pen en un discurso de tintes populistas. «La cuestión final es bastante simple: ¿Macron o Francia?», afirmó ante sus votantes, que coreaban entusiasmados en el mitin «Marine presidenta» y «Vamos a ganar».

En contraposición a «la ley de la jungla de los mundialistas», Le Pen se presenta como «la única alternativa frente al sistema, una alternativa popular y social frente a este poder oligárquico, ese poder de unos pocos que beneficia a unos pocos». La candidata, que es mejor haciendo mítines que en los debates, instó a «la mayoría silenciosa» a darle sus votos para ganar las elecciones.

Ante el tradicional Frente Republicano (todos los partidos unidos contra la extrema derecha) de otras elecciones, Le Pen insta a construir «un frente anti-Macron». Para ello, instó a los franceses a no abstenerse y acudir a las urnas para impedir un segundo mandato de Macron.