Una pancarta con la imagen de la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, y el presidente francés, Emmanuel Macron, durante una manifestación contra la reforma de las pensiones, este martes en Rennes. Stephane Mahe / REUTERS

El Gobierno francés pretende retrasar la jubilación hasta los 64 años a partir de 2030

La controvertida reforma de las pensiones, rechazada por la oposición y los sindicatos, prevé que los franceses coticen 43 años para poder beneficiarse de una pensión completa a partir de 2027

Beatriz Juez

París

Martes, 10 de enero 2023, 20:30

El Gobierno francés anunció este martes su controvertida reforma de las pensiones, considerada por muchos en Francia «la madre de todas las reformas». «Queremos conservar nuestro sistema de jubilación por reparto, es decir, un sistema en el que los que trabajan financian las pensiones de ... los jubilados», explicó la primera ministra francesa Élisabeth Borne en rueda de prensa.

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Si la reforma, rechazada por todos los sindicatos y por la opinión pública, es aprobada tal cual, los trabajadores franceses que quieran jubilarse a partir de 2030 con la pensión completa tendrán que trabajar hasta los 64 años, frente a los 62 años exigidos actualmente.

Para poder beneficiarse de una pensión completa, a partir de 2027, los franceses deberán cotizar 43 años, lo que equivale a 172 trimestres. Los nacidos en 1965 serán los primeros afectados por la reforma. «Con una edad legal de jubilación de 64 años en 2023 y 43 años de cotización, nuestro sistema de repartición estará equilibrado», prometió Borne. Aquellos que no tengan los 43 años cotizados podrán jubilarse con pensión completa a los 67 años.

Los trabajadores con carreras largas, es decir, aquellos que comenzaron a trabajar cuando eran muy jóvenes, podrán, sin embargo, jubilarse entre los 58 y 62 años, dependiendo de la edad a la que entraron en mundo laboral. Los trabajadores con una minusvalía o una incapacidad podrán jubilarse con una pensión completa a los 62 años, precisó la primera ministra.

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Borne también anunció una revaloración del mínimo de pensión, que será fijado al 85% del salario mínimo neto, es decir, «cerca de 1.200 euros al mes desde este año» para futuros jubilados con una carrera completa con salario mínimo. La reforma supondrá el fin de los llamados «regímenes especiales», que actualmente permiten, por ejemplo, a los trabajadores de la SNCF (la Renfe francesa), del metro de París o de la Ópera de París jubilarse antes o con mejores condiciones que el resto de trabajadores franceses. Este cambio afectará a las nuevas contrataciones, que estarán afiliados al régimen general.

La reforma de las pensiones deberá ser adoptada por el Consejo de Ministros el 23 de enero. Se espera que la Asamblea Nacional comience a examinar el texto a principios de febrero, para su entrada en vigor el 1 de septiembre.

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Los sindicatos han hecho este martes un llamamiento a «una primera jornada de huelgas y manifestaciones» el 19 de enero contra la reforma. Ese día Macron tiene previsto viajar a Barcelona para asistir a la cumbre franco-española con Pedro Sánchez.

Disputa política

El presidente, Emmanuel Macron, deseaba inicialmente subir progresivamente la edad de jubilación a los 65 años, pero, al no tener su partido mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, el Ejecutivo ha tenido que ceder sobre este punto porque necesita el apoyo de otros grupos parlamentarios para sacar adelante la reforma.

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Los Republicanos, la derecha moderada, están dispuestos a apoyar la reforma de las pensiones, bajo ciertas condiciones. En cambio, la alianza de partidos de izquierdas y la ultraderecha se oponen rotundamente a la reforma y abogan por una jubilación a los 60 años.

François Ruffin, diputado de La Francia Insumisa (equivalente de Podemos en Francia), comparó a Borne con «una jueza que anuncia su sentencia» y prometió que «el pueblo apelará en la calle». «Los franceses pueden contar con toda nuestra determinación para bloquear esta reforma injusta», prometió la ultraderechista Marine Le Pen.

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La reforma de las pensiones es un tema siempre socialmente explosivo en Francia. Cuando Macron intentó llevarla a cabo durante su primer mandato, encontró una fuerte oposición en las calles. La pandemia de covid-19 hizo que finalmente la reforma quedara aparcada en un cajón hasta ahora.

El 80% de los franceses se oponen a una subida de la edad de jubilación a los 64 años y el 83% a los 65 años, según un sondeo reciente de Odoxa-Agipi para la revista 'Challenges' y 'BFM Business'. El 74% de los franceses se muestra a favor de mantener la edad de jubilación en los 62 años.

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