Francia separa a sus escolares por su nivel de francés y matemáticas

Este nuevo curso escolar, que empezó el lunes, es el primero en que se prueba este método, pero de manera no sistemática. Cada centro público dispone de autonomía para organizar a su manera estos 'grupos de nivel', rebautizados de manera eufemística como «grupos de necesidades».

Esto ha conllevado que en esta vuelta al cole tengan lugar situaciones variopintas en la organización de las clases de francés y matemáticas en los dos primeros cursos de la educación secundaria, es decir, en el equivalente español de sexto de primaria y primero de la ESO. La presión de los sindicatos educativos, muy críticos con esta medida, conllevó que el Gobierno central dejara que cada instituto la aplique a su manera. Algunos centros sí que han empezado a enseñar esas asignaturas con grupos hechos en función del nivel de los alumnos, mientras que otros se conforman con clases más reducidas sin tener en cuenta los conocimientos de cada estudiante.

«La disparidad es tal, al depender de la voluntad de los directores y de los medios recibidos, que en realidad hay una modalidad en cada establecimiento», reconoció Claire Piolti-Lamorthe, presidenta de la Asociación de profesores de matemáticas de la educación pública, en declaraciones al diario Libération. Aunque Attal había insistido en marzo en que estos grupos de nivel serían «la norma», la presión de las organizaciones sindicales y los recursos limitados comportaron una aplicación más flexible.

¿Esta medida quedará «en desuso»?

El Ejecutivo de Emmanuel Macron la impulsó para mejorar el nivel de los alumnos tras los flojos resultados de Francia en el último informe de PISA, en que España también sufrió una fuerte caída. No obstante, los sindicatos se opusieron al considerarla «populista» y que acentuaría las diferencias entre los distintos alumnos. «Tenemos varios ejemplos de reformas muy contestadas por el personal que terminan quedando en desuso», advirtió Sophie Vénétitay, secretaria general del Snes-FSU.

Además, ha contribuido a su aplicación de manera algo descafeinada el contexto de incipiente austeridad presupuestaria. Tras disminuir en 10.000 millones de euros el gasto del Estado en 2024, el Ejecutivo no destinó los recursos ni contrató a los profesores necesarios que hubiera conllevado la creación de «grupos de nivel» de manera sistemática. Por consiguiente, la administración dejó que cada centro la aplique a su manera con los fondos que dispone.

Pese a estos inicios dubitativos, el Ministerio de Educación cuenta con probar esta separación de los alumnos a partir del septiembre de 2025 en el equivalente de segundo y tercero de la ESO. Esa iniciativa, sin embargo, dependerá del próximo Ejecutivo. La coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP), que quedó primera en las elecciones legislativas del 7 de julio, se opone a esta medida. Aunque el presidente Macron no desea que sigan el programa del NFP, no está claro que logre componer un Gobierno alternativo que resista a una muy fragmentada Asamblea Nacional. De ello, también dependerá el futuro de los «grupos de nivel».