El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y el canciller alemán, Olaf Scholz, en un encuentro en Berlín a principios de año. Clemens Bilan/EFE

Alemania se plantea reducir la ayuda a Ucrania

El Ministerio de Finanzas matiza que se prevén «nuevas asignaciones», de ser necesarias y estar debidamente fundamentadas por Kiev

Joana Serra

Berlín

Lunes, 19 de agosto 2024, 20:14

Al canciller alemán Olaf Scholz le esperaban este lunes varios problemas endémicos: la mala sintonía de su coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales, la necesidad de ahorrar en un país aquejado por la contracción del PIB y el compromiso inapelable con el destino de Ucrania, ... en plena ofensiva en la región rusa de Kursk. El fin de las tres semanas oficiales de vacaciones, en las que en realidad no desconectó, sirvió de palanca a la oposición conservadora para insistir en que su Ejecutivo sigue tan debilitado como siempre, a quince días de unas elecciones en el este germano en las que se pronostica el hundimiento del tripartito gobernante y la efervescencia de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

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El primer síntoma de que no tendría un regreso fácil se vio el fin de semana, con la filtración en el dominical del diario 'Frankfurter Allgemeine', estandarte de la prensa seria nacional, sobre los recortes a la ayuda a Ucrania. De los 7.000 millones de euros asignados y ya adjudicados del presupuesto de 2024 se bajará a 4.000 en 2025, para ir descendiendo luego año a año hasta dejarlo en mínimos. A medio plazo, el propósito de Berlín es «desviar» su aportación hacia lo que generen para el conjunto de Europa los intereses de los fondos congelados a Rusia. Es un plan destinado a encontrar muchos obstáculos, incluidos los procedentes del club de las siete potencias mundiales, el G7, que prometió un crédito de 50.000 millones para Kiev procedente precisamente de estos fondos incautados por Occidente a Moscú.

Esta propuesta forma parte del proyecto presupuestario que el ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, aseguraba haber consensuado con sus socios el viernes. Ahí informó del acuerdo de coalición por el que se desbloqueaba el plan presupuestario de 2025. Entre los sucesivos matices aparecidos este lunes a los supuestos ahorros en la partida a Ucrania estaban los procedentes de su ministerio, según los cuales se prevén «nuevas asignaciones», de ser necesarias y estar debidamente fundamentadas por Kiev. Por el momento no se han recibido tales peticiones, por lo que no hay razón para actuar, según Finanzas.

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Agujero en las cuentas

El presupuesto de 2025 presenta ya un agujero no resuelto de 12.000 millones de euros, además de recortes en prácticamente todas las partidas. En medios alemanes circulan informaciones asegurando que especialmente «descontento» está el ministro de Defensa, el socialdemócrata Boris Pistorius, y la titular de Exteriores, la verde Annalena Baerbock. Ambos comparten el compromiso reiteradamente expresado por Scholz de apoyar a Ucrania todo el tiempo que sea preciso. Lindner, por contra, se siente esencialmente comprometido con el recorte del gasto público, que el ministro y líder liberal relaciona con su, para él, inamovible precepto del freno a la deuda, que limita el endeudamiento a un máximo del 0,35% del PIB. Alemania, que ya cerró 2023 en recesión, sufrió un nuevo revés en forma de contracción de esta tasa en el segundo trimestre de 2024 y no se contempla una reactivación inminente.

Esta situación de disensos públicos internos no es nueva. Pero acentúa la imagen de debilidad de una coalición a la que espera un mazazo inapelable en las urnas el próximo septiembre. Se celebran tres comicios regionales en el este, en los lands de Turingia, Sajonia y Brandeburgo. A los socialdemócratas del canciller se les pronostican resultados sobre el 5% al menos en Turingia y Sajonia. En ese mismo porcentaje se baraja para los Verdes, mientras que los liberales podrían quedar por debajo y por tanto relegados a extraparlamentarios. Todo lo contrario le ocurre a la AfD, que superaría el 30% y se coronaría como primera fuerza. Y, encima, se han disparado las expectativas de la nueva izquierdista populista liderada por Sahra Wagenknecht (BSW). Su partido se estrenará en las urnas a escala regional, pero los sondeos indican que superará con creces a los «establecidos» de la coalición de Scholz.

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Es absolutamente impredecible qué opciones de alianzas persisten capaces de superar a la AfD si no es contando con el improbable apoyo de BSW. Ni sumando los porcentajes de socialdemócratas, verdes, liberales y los conservadores de la CDU, menos debilitada que el resto, se lograría la mayoría necesaria.

La situación de disensos públicos internos no es nueva, pero acentúa la imagen de debilidad de una coalición a la que espera un mazazo inapelable en las urnas el próximo septiembre

Encima, AfD y BSW comparten la condición de partidos 'prorrusos' que reclaman de Berlín el fin de los suministros de armas a Ucrania para forzar a Kiev a negociar con Moscú. La serie de comicios regionales se abre el día 1 de septiembre en Turingia y Sajonia, donde las encuestas solo dan perspectivas de un resultado más o menos digno a la CDU, aunque no de victoria. Les seguirán el día 22 Brandeburgo, donde los socialdemócratas confían en no hundirse como en las anteriores, pero tampoco tienen opciones de ganar. En cualquier caso, los augurios son malos para Scholz y sus socios, a un año largo de las generales previstas para septiembre de 2025.

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