500 días de conflicto sin visos de un final cercano
Estancados ·
La contraofensiva ucraniana avanza «poco a poco» para recuperar terreno en una invasión que Putin jamás pensó que se alargaría tantoSecciones
Servicios
Destacamos
Estancados ·
La contraofensiva ucraniana avanza «poco a poco» para recuperar terreno en una invasión que Putin jamás pensó que se alargaría tantoLa guerra de Ucrania alcanza este sábado los quinientos días desde que el presidente ruso, Vladímir Putin, inició su invasión el 24 de febrero de 2022. Pese a que el conflicto está prácticamente estancado y sus consecuencias en vidas humanas y destrucción son ya enormes, ... no se vislumbra ni siquiera una tregua.
Parece evidente que Putin no esperaba que su llamada Operación Militar Especial para «desnazificar y desmilitarizar» Ucrania iba a durar tanto, causar tantas bajas en sus propias filas y acarrear un rosario de sanciones contra la economía de su país. La anexión de Crimea y su relativa victoria en Donbás -en 2014- que obligó a Kiev a plegarse a los lacerantes acuerdos de Minsk, propiciados por la entonces canciller alemana, Angela Merkel, allanaron al presidente ruso su permanencia en el Kremlin tras las elecciones de 2018.
Noticia Relacionada
El cálculo del mandatario, según consideran muchos analistas, era probablemente obtener de cara a los comicios presidenciales de 2024 otra gran victoria sometiendo a Ucrania a base de instalar en Kiev un régimen marioneta. Pero el Kremlin se topó con una resistencia numantina de los ucranianos, con un ejército propio no suficientemente preparado para una operación de tal envergadura y con los países de Occidente dispuestos, si no a cortar por lo sano las veleidades de Putin, a ponerle freno.
Las primeras debilidades e insuficiencias de Moscú se pusieron de manifiesto casi nada más empezar, tras un mes sin conseguir tomar Kiev. El 25 de marzo de 2022, el Ministerio de Defensa ruso anunció que replegaba sus tropas del entorno de la capital para centrar los esfuerzos en «lograr la liberación de Donbás». El ejército del Kremlin logró en los primeros días de la contienda poner bajo su control casi toda la región de Jersón, el sur de la de Zaporiyia y ganar terreno en Donetsk y Lugansk.
Después Ucrania perdería Mariúpol en una de las batallas más brutales y sangrientas y también localidades como Sieverodonetsk, Lisichansk, Soledar y, el pasado 20 de mayo, Bajmut en el choque más prolongado y letal. Pero Rusia también tuvo que ceder terreno en la región de Járkov y replegarse de la ciudad de Jersón. Sigue, además, sin lograr la captura total de la provincia de Donetsk, donde quedan urbes importantes, como Sloviansk y Kramatorsk, en manos de Kiev.
Actualmente está en curso la contraofensiva ucraniana, que comenzó hace poco más de un mes y tiene como objetivo recuperar la mayor parte posible de las tierras perdidas. Discurre sobre todo en Zaporiyia y Donetsk, donde el ejército ucraniano dice tener Bajmut en la palma de la mano. En Moscú se asegura a nivel oficial que la operación es un auténtico fracaso, pero los propios corresponsales de guerra próximos al Kremlin reconocen que, aunque despacio, Kiev avanza «poco a poco» pese a los enormes campos de minas y las inexpugnables fortificaciones rusas.
Noticias Relacionadas
Óscar Beltrán de Otálora
Rafael M. Mañueco
Ucrania se queja de la insuficiencia de la ayuda militar occidental. Pide aviones de combate F-16, más sistemas de defensa antiaérea y misiles de mayor potencia. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo este viernes que, «sin armas de largo alcance, no sólo es difícil llevar a cabo misiones ofensivas, sino también, para ser honesto, operaciones defensivas». El portavoz de la Fuerza Aérea del país, Yuri Ignat, asegura que «Rusia dispara contra Ucrania cada mes unos 100 misiles de distintos tipos», eso sin incluir los drones. Por otro lado, la decisión de Moscú de anexionarse el año pasado Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk ha complicado hasta el imposible una negociación.
Parece que tanto Moscú como Kiev van a seguir por la vía militar y la escalada del conflicto está garantizada. Después del traspié con la inconclusa asonada de su «amigo» el jefe de los mercenarios de Wagner, Evgueni Prigozhin, Putin, ya de por sí inflexible, va a tener que mantener la rigidez sin ceder ni un ápice. A no ser que se repita un nuevo intento de desalojarle.
Durante estos 500 días se han vivido episodios realmente críticos e incluso de carácter casi apocalíptico, como un bombardeo contra la central nuclear de Zaporiyia, el hundimiento del buque insignia de la Flota del Mar Negro rusa y, más recientemente, la voladura de la presa de Kajovka. Drones supuestamente de Kiev han bombardeado el Kremlin, la región de Moscú y otras provincias cercanas. También están siendo atacadas las regiones rusas fronterizas con Ucrania. Ni uno ni otro bando facilitan cifras de las bajas en sus ejércitos, pero se calculan en centenares de miles. El número de civiles ucranianos muertos, según la ONU, asciende a 9.000.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.