Eitan Biran fue el único superviviente del terrible accidente de teleférico en el norte de Italia el pasado mes de mayo, donde murieron 14 personas, entre ellas sus padres, su hermano y sus dos bisabuelos. Su tía paterna Aya se convertía en ... su tutora legal. A pesar de su corta edad, 6 años, el pequeño vuelve a ser noticia después de que su abuelo decidiera llevárselo con su familia materna a Israel sin autorización judicial.
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El pasado sábado, 11 de septiembre, su tía Aya denunció ante la policía que Shmuel Peleg , abuelo materno, no había devuelto al niño a la hora prevista tras una visita permitida por el juez, según informan han informado los medios locales.
Las primeras investigaciones de la Policía de Pavía concluyeron que abuelo y nieto se habían desplazado hasta Tel Aviv en un vuelo privado donde pudieron embarcar sin problema con el pasaporte israelí del niño, que cuenta con doble nacionalidad. Las autoridades italianas han abierto una investigación por «secuestro» esta semana y la policía israelí ha tomado declaración al abuelo, que fue puesto en libertad bajo arresto domiciliario.
Eitan todavía no se ha recuperado de las secuelas de la tragedia, utiliza un andador y necesita sesiones de fisioterapia, además de psicológicas para superar el trauma que ha marcado su vida. Su tutora describe este secuestro como «una película de Hollywood mal escrita».
El juzgado de Pavía no permite salir de Italia al menor si no es acompañado de su tutor o con su autorización. «La noticia conmociona a todos y nos causa gran preocupación. Ha sido arrancado de la familia con la que creció, de los médicos que lo tratan, de una forma traumática que puede desestabilizarlo», confiesa Armando Simbari, uno de los abogados.
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Gali Peleg, tía materna, concedió una entrevista a Israel Radio donde defiende que «No somos unos secuestradores». «Lo hemos traído a su casa y tuvimos que hacerlo porque no teníamos noticias sobre su salud y su condición mental», justifica. Además, aclara que el pequeño prefería estar con su familia materna: «Se ha emocionado. Ha dicho que somos su verdadera familia y que se siente en las nubes. El color de su cara ha vuelto por fin». Por su parte, el abuelo Shmuel Peleg ha proclamado su inocencia y sus abogados declaran que actuó «por impulso».
La noticia ha conmovido a la población italiana y a los usuarios de las redes sociales que han mostrado su indignación ante la batalla judicial en la que se ha visto inmerso el pequeño después del accidente que marcó su vida.
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Ante este nuevo suceso lo único que piden para el pequeño es no verse envuelto en la guerra familiar y que sepan priorizar su bienestar. «Un secuestro increíble que ha abierto un caso judicial y diplomático para Eitan que, en cambio, solo tiene derecho a encontrar algo de paz», lamentaba un usuario en Twitter.
Las partes implicadas niegan tener ningún interés económico en la custodia de Eitan, aunque es un tema que está encima de la mesa. «Es probable que se le conceda una gran suma como compensación por ser el único superviviente, tal vez millones de euros», apuntaba una publicación. El jefe de operaciones del teleférico ha admitido que desactivó el sistema de frenado para evitar cerrar la instalación, motivo asociado a la caída y por el que la justicia investiga a doce personas y dos sociedades.
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Lo que sí es evidente es el choque cultural entre las familias. «Tienen a Eitan como un rehén. Queremos que viva en Israel y frecuente una escuela judía, en lugar de una escuela católica», denunciaba Gali Peleg desde Tel-Aviv. Esta guerra por la custodia lleva abierta desde que el menor salió del hospital.
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