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Helena Rodríguez
Martes, 21 de enero 2025, 09:49
Donald Trump y el chef José Andrés nunca han sido amigos. Ninguno de los dos ha disimulado su animadversión por el otro y eso no ha tardado en pasarle factura al cocinero asturiano. Usando un símil culinario se podría decir que las ideologías de ambos ... no cuecen. Pero guiños a un lado, la noticia es que el nuevo presidente de Estados Unidos no ha tardado muchas horas en apartar de la Casa Blanca al que ejercía como asesor para Deporte, Ejercicio y Nutrición desde 2022. Junto al afamado cocinero han salido de sus puestos otros 1.000 asesores y funcionarios cercanos al Gobierno de Biden.
«Nuestro primer día en la Casa Blanca aún no ha terminado», ha dicho Trump en un mensaje en su cuenta en la red social Truth Social, donde ha especificado que «el personal de la Oficina de Personal de la Presidencia está activo en el proceso de identificar y echar a más de mil nominados presidenciales de la Administración previa» que «no están alineados» con su visión para «hacer Estados Unidos grande de nuevo».
Así, ha destacado que su mensaje «sirve como carta oficial de cese» para cuatro personas, entre ellas José Andrés, quien tiene también nacionalidad estadounidense. Otros afectados son el exjefe del Estado Mayor del Ejército estadounidense Mark Milley, Brian Hook -antiguo asesor de Trump para Irán- y Keisha Lance Bottoms. «Estáis despedidos», ha zanjado.
Sin embargo, el cocinero no se ha dado por despedido. De hecho ha asegurado que él ya dimitió la semana pasada como asesor de la administración Biden al dar por concluido el mandato de dos años que le había sido encomendado. Además de poner en valor la labor del consejo en el que trabajaba, formado por «voluntarios no pagados», ha expresado su deseo de que el nuevo presidente permita que el grupo siga desarrollando su labor «en la medida en que trata cuestiones bipartidistas». Además, le ha invitado a «dejar de lado la política y los indultos» y centrarse en «unir» al país. «Vamos a construir mesas más grandes», ha zanjado.
Nombrado en marzo de 2022 como copresidente del Consejo Presidencial de Deportes, Ejercicio y Nutrición de Estados Unidos, el chef es el fundador de World Central Kitchen, una organización no gubernamental dedicada al abastecimiento de comidas en todo el mundo que surgió en 2010 a raíz del terremoto que sufrió Haití ese año, con el objetivo de suministrar ayuda en países que sufren crisis alimentarias, si bien posteriormente la ONG se expandió para socorrer a refugiados y personas en países en conflicto.
Aunque nacido en la localidad asturiana de Mieres, su familia se trasladó a Santa Coloma de Cervelló (Barcelona) cuando José Andrés contaba con cinco años. Enseguida demostró su atracción por la cocina y ya con 15 años, entró en la Escuela de Restauración y Hostelería de Barcelona. Mientras estudiaba entró como aprendiz en El Bulli, de Ferran y Albert Adrià.
Tras finalizar sus estudios, dio el salto a Estados Unidos. Allí, con tan solo 21 años empezó a trabajar en Paradis Barcelona. Fue el primero de un extenso currículum que incluye El Dorado Petit y El Cid. La experiencia en todos ellos le sirvió para abrir su propio local en Washington. Lo llamó Jaleo y desde sus fogones trasladó a la cocina norteamericana el sabor y el concepto de las tapas. Detrás vinieron varios locales más, por los que enseguida los famosos y la alta sociedad estadounidense se pegaban por encontrar mesa.
Barack Obama y su mujer eran de los habituales. Su cercanía con el ideario más progresista, con iniciativas para llevar alimentos a zonas devastadas por guerra o desgracias o a barrios deprimidos, y el hecho de haber nacido en otro país le acercaron a la órbita demócrata. El propio Obama lo condecoró en 2015, siendo presidente, con la Medalla Nacional de Humanidades. Fue la antesala de su nombramiento en marzo de 2022 como asesor de la Casa Blanca en materia de políticas de alimentación y vida saludable. Poco antes de despedirse de la presidencia, ya con Donald Trump confirmado como nuevo mandatario, Joe Biden lo distinguió con la Medalla de la Libertad, el honor civil más alto del país.
Su cercanía a los demócratas, unida a su supuesta aparición en una fotografía con el hombre que tiroteó al magnate republicano durante la pasada campaña electoral, le han pasado factura. Sin olvidar el desplante que José Andrés le hizo a Trump cuando en 2015 decidió cancelar sus planes de abrir un restaurante en uno de sus hoteles de lujo. Tomó la decisión tras unas declaraciones xenófobas del ahora presidente. El tema acabó en los tribunales aunque un acuerdo entre las partes zanjó la cuestión. Aunque todo indica que el nuevo inquilino de la Casa Blanca ni olvida ni perdona.
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