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Robert F. Kennedy Jr. comparece este miércoles ante el Senado de Estados Unidos para ser examinado para el cargo de secretario de Salud, uno de los nombramientos más polémicos de Donald Trump para su Gabinete. Y lo hace con el telón de fondo de la ... carta de Caroline Kennedy, la única hija viva del presidente JFK, en la que alerta a los senadores del peligro que supone su primo, al que llega a calificar de «depredador» e hipócrita.
La exembajadora estadounidense en Australia, de 67 años, a pesar de las tragedias y los escándalos, se ha caracterizado por la discreción y un silencio que ahora ha decidido romper. Caroline Kennedy arranca su misiva explicando que hasta ahora había evitado pronunciarse por respeto a su puesto y por su unión a sus 28 primos.
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«Pero ahora que Bobby ha sido nominado por el presidente Trump para ser secretario de Salud y Servicios Humanos, un cargo que lo pondría a cargo de la salud del pueblo estadounidense, siento la obligación de hablar», apunta en un mensaje que también ha querido poner voz en un vídeo que ha compartido su hijo Jack Schlossberg en redes sociales, lo que hace esta declaración aún más devastadora.
Ambassador Caroline Kennedy’s statement to the US Senate on RFKJr’s nomination for HHS Secretary
— Jack Schlossberg (@JBKSchlossberg) January 28, 2025
This is a reading of a letter she just sent to Senate Committee on Health, Education, Labor and Pensions
I’m so proud of my courageous mother, who’s lived a life of dignity,… pic.twitter.com/feysNA0Wwp
La idoneidad de Robert F. Kennedy ya había sido puesta en duda por decenas de premios Nobel que habían pedido al Senado que rechazase su confirmación al frente de la sanidad de la primera potencia mundial. Ante la pregunta de si está cualificado para el cargo, la respuesta de su prima es rotunda. «Carece de toda experiencia relevante en gestión financiera, gubernamental o en medicina. Sus opiniones sobre las vacunas son peligrosas y deliberadamente desinformadas».
Unos hechos que para Caroline son descalificadores por sí solos, pero alerta de cualidades personales que califica de más preocupantes. Según sus declaraciones, Robert habría llevado a varios familiares por el camino de la adicción a las drogas, lo que pone en cuestión su capacidad para liderar un departamento tan crucial.
«Conozco a Bobby de toda la vida. Crecimos juntos. No es de extrañar que tenga aves rapaces como mascotas, porque el propio Bobby es un depredador. Siempre ha sido carismático, capaz de atraer a los demás por la fuerza de su personalidad, su voluntad de asumir riesgos y romper las reglas. Vi a sus hermanos pequeños y a sus primos seguirle por el camino de la drogadicción. Su sótano, su garaje, su dormitorio eran siempre el centro de la acción donde se conseguían drogas», relata la hija de JFK.
Describe el entusiasmo de su primo preparando la comida para sus halcones, metiendo pollos y ratones en una licuadora. Una «escena perversa de desesperación y violencia». La embajadora en Japón bajo la presidencia de Barack Obama reconoce que Robert fue capaz de superar su adicción, pero señala que «los hermanos y primos a los que Bobby animó a seguir el camino del abuso de sustancias sufrieron adicción, enfermedad y muerte».
También le acusa de seguir «tergiversando, mintiendo y engañando» a día de hoy y critica la hipocresía de un político conocido por sus postulados antivacunas. «Bobby es adicto a la atención y al poder. Se aprovecha de la desesperación de los padres de niños enfermos: vacuna a sus propios hijos mientras gana seguidores desanimando hipócritamente a otros padres para que no vacunen a los suyos», carga contra él.
Caroline ha dicho poco mientras Robert difundía bulos durante la pandemia y desafiaba a un demócrata para presidente. «Tampoco fue fácil permanecer en silencio el año pasado, cuando Bobby se apropió de la imagen de mi padre y distorsionó el legado del presidente Kennedy para impulsar su propia campaña presidencial fallida, y luego se postró ante Donald Trump para conseguir un puesto». Todo ello desafiando los valores que han defendido las generaciones de la familia. Lo más cercano a una crítica fue un comentario desde su puesto diplomático en Australia, de que las opiniones de su primo sobre las vacunas eran «peligrosas».
«A diferencia de Bobby, trato de no hablar por mi padre», y deja claro que su progenitor y sus dos hermanos habrían estado «disgustados» por las acciones de Robert Kennedy.
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