Un ejemplar del tabloide 'National Enquirer', en una tienda de comestibles de California. AFP

El directivo de tabloides amigo de Trump declara de nuevo ante el gran jurado

Ayudó a tapar los deslices del magnate antes de las elecciones presidenciales que ganó, pero ahora su testimonio podría ser utilizado para presentar cargos formales contra él

Mercedes Gallego

Corresponsal. Nueva York

Martes, 28 de marzo 2023, 22:00

'Las novias lesbianas de Hillary Clinton'. 'Revelaciones sexuales de drogas y sexo sobre el príncipe Harry y Meghan Markle'. 'Los tristes días de Ben Affleck después de salir de rehabilitación'. 'Drew Barrymore continúa la lucha contra sus adicciones'. 'Revelaciones sobre la redada en la ... mansión de Cher en California'. 'Kate Middelton aterroriza Londres'. 'Jeb Bush se metió cocaína la noche en que su padre fue elegido presidente'. 'El hijo secreto de Marco Rubio'.

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Todos esos son titulares del 'National Enquirer', el tabloide propiedad de American Media Inc. que siempre está junto a la caja registradora de los supermercados de Estados Unidos. Es, por tanto, el más leído, aunque sea de refilón. En 2016 su consejero delegado, David Pecker, viejo amigo de Trump durante décadas, hizo un pacto con el magnate para evitar que salieran sus trapos sucios a la luz durante la campaña electoral y manchar en lo posible la imagen de su rival. El abogado de Trump, Michael Cohen, que levantó la liebre sobre ese acuerdo cuando se le obligó a declarar en el Congreso, dijo que la práctica se llama 'catch and kill' (capturar y matar).

Así es como la oferta de la actriz porno Stormy Daniels de vender la historia de su romance con el entonces candidato presidencial Donald Trump acabó en la mesa de Cohen, que le pagó 130.000 dólares por su silencio. Faltaba una semana para las elecciones y ya se les habían escapado cosas importantes. El 7 de octubre, un mes antes de la cita en las urnas, 'The Washington Post' publicó un vídeo en el que el magnate no se había percatado de un micrófono abierto mientras bajaba de un autobús hablando con el presentador de 'Access Hollywood' sobre como seducía a las mujeres casadas. «Ni siquiera espero. Cuando eres una estrella te dejan hacer lo que quieras, les meto mano por el coño, lo que me da la gana».

Su moralidad estaba en entredicho y podía poner en riesgo las elecciones, así que no convenían historias depravadas con actrices porno y conejitas de Playboy, como las que su amigo David Pecker le ayudó a parar. Su 'sorpresa de octubre', como se llama en Estados Unidos a los bombazos que salen a la luz justo antes de las elecciones, fue neutralizada por una carta sobre la investigación de los correos electrónicos de Hillary Clinton que el director del FBI James Comey envió al Congreso una semana antes de los comicios, criticando severamente la decisión de utilizar un servidor privado para correos oficiales. Un análisis de fivethirtyeight.com concluye que eso «probablemente» le costó las elecciones a la ex secretaria de Estado.

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Si Pecker y Cohen no hubieran «matado» la exclusiva que Stormy Daniels pensaba vender al 'National Enquirer', hubiera competido con la carta de Comey, que terminaba reconociendo la ausencia de pruebas para imputar a Clinton.

Pecker ya declaró sobre eso ante el gran jurado que escucha las pruebas para imputar a Trump por esconder los pagos a la actriz porno, un truco contable que probablemente no le lleve a la cárcel, solo a juicio. Este martes el ex ejecutivo mediático volvió al tribunal del Bajo Manhattan donde se reúne en secreto el gran jurado, según contaron varios medios estadounidenses.

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Era la primera sesión desde el lunes de la semana pasada, sin que se sepa muy bien los motivos de ese receso. ¿Había algún miembro con covid? ¿Nuevas pruebas que aportar? Desde luego, no eran nuevos testigos, pero la segunda declaración de Pecker ralentizaba aún más la votación en la que este jurado tendrá que decidir si las pruebas ameritan la presentación de cargos. «¿Frustrado yo?», respondió indignado el expresidente cuando el sábado se le preguntó por el retraso. «No me hagáis más preguntas, ¡si voy 60 puntos por delante de las encuestas, ¿por qué iba a estar frustrado? Dejad de decir mentiras».

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