Secciones
Servicios
Destacamos
Susana D. Tejedor y Redacción
Gijón
Jueves, 10 de octubre 2024, 02:00
Parte de la colonia asturiana residente en Florida ha sido desalojada según las recomendaciones dictadas por las autoridades ante los efectos que el huracán Milton puede ocasionar y que ya se pronostica como la peor tormenta que azote la zona de Tampa en ... aproximadamente un siglo.
En esta ciudad, hermanada con Oviedo desde hace más de tres décadas, residen asturianos que ayer recibían mensajes dramáticos por parte de las autoridades. «Puedo decir sin dramatizar en absoluto que si deciden quedarse en una de esas zonas de evacuación, van a morir». Fueron las palabras de la alcaldesa de la ciudad, Jane Castor, a los habitantes de esta zona de la costa oeste de Florida en la que se espera que el huracán Milton tenga un importante impacto.
Mientras en el parque Ciudad de Tampa, en La Carisa, una placa conmemorativa recuerda la unión entre la ciudad norteamericana y la capital asturiana, al otro lado del charco se escuchaban ayer órdenes de evacuación obligatorias para zonas en riesgo de inundación cercanas a los cuerpos de agua del condado de Hillsborough, donde se encuentra Tampa.
Paralelamente, en el condado de St. Johns se emitió una orden de evacuación que incluye a toda la ciudad de St. Augustine, «a partir de las 8.00 a. m. del miércoles 9 de octubre», mientras los refugios de emergencia «se abrirán a las 8:00 a. m. del miércoles». De esta forma, el Condado del Estado de Florida a la que pertenece la ciudad fundada por Pedro Menéndez de Avilés y hermanada con la villa que le vio nacer, anunciaba las medidas especiales para proteger a la población civil de huracán Milton, que amenaza con azotar fuertemente en esa zona de Estados Unidos.
La propia alcaldesa, Nancy Sikes-Kline, hizo público un mensaje en las redes sociales informando acerca de cuál es la situación. «Sí, necesitamos que se tomen esto en serio, la orden de evacuación es para protegerles a ustedes».
Noticias relacionadas
Junto a estas recomendaciones, la regidora anunció cuáles son los refugios a los que deben dirigirse la población. También informó acerca de los cierres de todos los servicios municipales durante estos días y hasta que todo se normalice. Será entonces, advirtió, cuando llegue el momento de hacer frente a los destrozos que el huracán haya causado.
San Agustín de la Florida, considerada la ciudad más antigua de Estados Unidos y fundada en septiembre de 1565 por Pedro Menéndez de Avilés, cuenta con una población que supera las 15.000 personas.
En toda la zona de emergencia se invita en estos momentos a los ciudadanos a buscar refugio seguro. Y no solo eso, sino a quedarse en casa y no moverse de allí para evitar males mayores.
No demasiado lejos de San Agustín de la Florida se halla Naples, donde reside Hari García, natural de Castrillón, con su marido Juan Carlos y su hija Ashley, de nueve años. Ellos viven en una zona no muy cercana a la costa, de modo que se han librado de las órdenes de evacuación obligatoria. Pero reconocen que no están tranquilos: «Oyes las noticias y te respingas, lo están poniendo todo tan catastrófico que aunque estés seguro tienes miedo», dice Hari desde su casa, repleta de alimentos y todo tipo de productos para aguantar el tirón.
Esta familia se encuentra a unas quince millas de la costa, aproximadamente. «Estamos en un edificio hacia el interior, es un bloque, no es estructura de madera como la mayoría de las viviendas; nos encontramos en la segunda planta y tenemos las ventanas dobles», relata, para mostrar así la confianza de pasar el trago sin mayores problemas, en comparación con las noticias que reciben.
Eso sí, en Naples, desde el martes ya nadie trabaja y desde el lunes ya ningún niño va a la escuela. Y también el martes a las tres de la tarde se cerraron los supermercados. «Estamos en casa sin movernos, por la mañana estaba oscuro y empezaron las lluvias porque hay tornados», revela Hari, que explica cómo su despensa suele estar bien surtida habitualmente, pero ahora más que nunca. «Siempre tenemos en casa de más, pero ahora disponemos de todo, especialmente agua y comida enlatada». Además, cuenta que la gente «se ha tirado al papel higiénico; el domingo entraron las alarmas y fue una auténtica locura, los súper quedaron arrasados ese mismo día».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.