Detectado un caso sospechoso de neumonía asociada al coronavirus en Vizcaya

La mañana en la que el Ministerio de Sanidad consensuaba con las autonomías la ejecución del protocolo diseñado por el Instituto Carlos III, todos los responsables sanitarios estaban pendientes del resultado de la investigación sobre los dos primeros casos sospechosos de residentes en España infectados por el nuevo virus '2019-nCoV'.

Se trataba de dos personas, de las que no se proporcionó la nacionalidad, que habían estado en los últimos días o semanas en Wuhan, la ciudad china epicentro del brote del nuevo coronavirus, con unos 850 diagnosticados y 26 fallecidos.

Las dos investigaciones se abrieron en un acto próximo al exceso de celo, pues el propio responsable del Centro de Coordinación Sanitaria del ministerio, Fernando Simón, indicó, antes de saber que los análisis de las muestras descartaban la presencia del coronavirus, que «no hay viso alguno de que el contagio vaya a ser positivo».

El primero de los casos fue una persona procedente de esta zona de China que acudió al médico en España con síntomas leves de infección respiratoria. La muestra enviada al Centro Nacional de Microbiología, que es el que centralizará los análisis de todo el país y dará un resultado en 24 horas, dio negativo.

El segundo no llegó ni a convertirse en alerta sanitaria. Ni se remitió muestra para analizar. Era otra persona que estuvo en Wuhan y que hace más de diez días tuvo una infección respiratoria, pero que ya está curada. Tras debatirlo y descartar el contagio, se cerró la investigación.

Una tercera sospecha no llegó ni a ser caso. Sanidad Exterior revisó a una pasajera procedente de Wuhan que llegó a Barcelona en un vuelo con escala en Ámsterdam. No tenía síntomas de la enfermedad.

Fernando Simón, en nombre del ministerio, pidió tranquilidad a los ciudadanos. «No hay razón alguna para preocuparse en España por esta enfermedad. El nivel de riesgo de contagio e infección es bajo -comentó-, incluso diría que muy bajo».

No obstante, este especialista explicó que el protocolo de actuación sanitaria se ha puesto en marcha porque aunque la posibilidad de que España importe un caso es muy baja -todo el brote se concentra en Wuhan y no existen vuelos directos con esa ciudad-, no es imposible, ya que hay residentes chinos que viajan a esa zona y en la propia Wuhan hay tres empresas de matriz española que reciben trabajadores.

Insistió en que, aunque llegue a España una persona infectada por el coronavirus, el riesgo de brote es mínimo porque el grado de transmisibilidad de la cepa es bajo -«aún viviendo en Wuhan, si se tiene una infección respiratoria, lo más probable es que sea una gripe»- y porque el protocolo de control sanitario activado cortaría la propagación.

España, al carecer de vuelo directos con el epicentro del brote, no realizará controles de temperatura corporal en los aeropuertos -«un procedimiento poco efectivo»- y concentrará los mecanismos de detección del coronavirus en centros de salud y hospitales.

El criterio fundamental para activar la alerta sanitaria será que un paciente con síntomas como fiebre, tos seca o problemas respiratorios, o que ya ha desarrollado una neumonía, haya estado en Wuhan en los últimos 14 días o tenga contacto cercano con alguien que ya tiene un diagnóstico confirmado.

Se le tomará una muestra de sangre que se enviará al Centro Nacional de Microbiología y el paciente será hospitalizado hasta que se tenga el resultado. Durante la hospitalización -para la que no habrá en principio centros de referencia- se le aislará por precaución en una habitación, no recibirá visitas y solo entrarán los profesionales sanitarios que lo atienden, ataviados con mascarilla, bata y guantes, para esquivar el riesgo de contagio por las gotas de saliva. En paralelo se comprobará con qué personas o familiares ha podido tener un contacto de proximidad y se hará un seguimiento de estos «contactos» -para cortar la posible cadena de contagios- hasta que se pueda detectar o descartar si esas personas desarrollan síntomas de la enfermedad.