El presidente chino, Xi Jinping abre la sesión plenaria. Reuters

China reformará la ley electoral de Hong Kong para vetar a la oposición

Comienza la reunión anual del Parlamento, que exigirá candidatos «patriotas» en la antigua colonia británica y aprobará el nuevo Plan Quinquenal

Pablo M. Díez

Pekín

Jueves, 4 de marzo 2021, 17:14

El año pasado, el coronavirus obligó a aplazar dos meses la sesión plenaria del Parlamento chino, que siempre se celebra a principios de marzo. Este año, y con la epidemia ya controlada en el país, la Asamblea Nacional Popular recupera su fecha habitual, pero no ... la normalidad.

Publicidad

Venidos de todas las provincias, muchos de ellos con los trajes tradicionales de sus etnias, desde este viernes y hasta el día 11 se reúnen unos 3.000 diputados en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, en plena plaza de Tiananmen y junto a la entrada a la Ciudad Prohibida. Para llegar hasta la capital, blindada para proteger al nuevo emperador Xi Jinping, no solo han tenido que hacerse la prueba del coronavirus, sino que además deben guardar cuarentena en sus habitaciones de hotel hasta la inauguración y luego entre sus sesiones diarias.

Para prevenir riesgos, las autoridades han limitado al máximo la presencia de periodistas chinos y extranjeros, que deben haber pasado los últimos 28 días en Pekín y también serán sometidos a pruebas PCR y cuarentena en una habitación de hotel antes de cubrir las reuniones o las ruedas de prensa aunque sean por videoconferencia. Lo mismo rige para los diplomáticos extranjeros invitados a la Asamblea, que han de pasar la víspera de la inauguración recluidos en la residencia estatal de huéspedes de Diaoyutai.

Además de sacar pecho por el control del coronavirus, este Parlamento orgánico del régimen, donde casi todos sus diputados pertenecen al Partido Comunista, aprobará el informe del Gobierno, sus metas económicas para este año, el presupuesto militar y el nuevo Plan Quinquenal 2021-2025. Con dicho programa, del que ya se avanzaron algunos objetivos a finales del año pasado, China busca asegurarse la autosuficiencia, sobre todo tecnológica, en un escenario internacional cada vez más hostil por la pandemia. Como su imagen se ha visto muy dañada por la ocultación inicial del coronavirus, Pekín busca desarrollar su propia tecnología para no depender del extranjero en sectores clave, como los microchips, y potenciar así su crecimiento económico con industria de alto valor añadido y no solo manufacturas baratas.

«Algunos sectores, como las finanzas, se liberalizarán ligeramente un poco más y se han hecho promesas de apertura a la Unión Europea con la firma del acuerdo de inversiones, pero el desarrollo económico de China se ha centrado más en sí mismo, se ha hecho más autónomo», analiza para ABC el politólogo Jean-Pierre Cabestan, de la Universidad Baptista de Hong Kong. A su juicio, «Pekín ha empezado a introducir su propia política de desacoplamiento para protegerse contra la guerra comercial de Estados Unidos y las crecientes reservas y medidas tomadas por otros países desarrollados para proteger sus tecnologías, reducir su dependencia de China y mantener una cierta ventaja si es posible».

Publicidad

Juramento de lealtad

Tras imponer el año pasado la Ley de Seguridad Nacional en Hong Kong, que ha criminalizado prácticamente toda oposición política en la antigua colonia británica, la Asamblea también reformará su sistema electoral. Con la imposición del juramento de lealtad y la exigencia de candidatos «patriotas», el autoritario régimen chino sigue tirando del nacionalismo para identificar al Estado con el Partido Comunista y vetar así a los opositores que reclaman democracia. «Los acontecimientos de los últimos años demuestran que el sistema electoral debe ser mejorado para mantenerse acorde con los tiempos y garantizar la implementación de los principios ˝Un país, dos sistemas» y ˝Patriotas administrando Hong Kong», justificó el portavoz de la Asamblea, Zhang Yesui, en una alusión velada a las violentas protestas de 2019 reclamando democracia.

Para el profesor Cabestan, que imparte clase en una universidad de la ciudad, «se ha terminado la vida política democrática en Hong Kong. Solo los patriotas, aquellos que han jurado obediencia al régimen comunista, pueden participar en las elecciones. También afectará a los jueces, que serán elegidos entre cuadros del Partido», alerta Cabestan. Aunque señala que «las universidades todavía están bien», advierte de que «muchos académicos se han vuelto más cautos y han decidido alejarse de los temas sensibles».

Publicidad

En este sentido, y después de 28 horas de audiencia durante los últimos cuatro días, un tribunal de Hong Kong concedió este jueves la libertad bajo fianza a 15 de los 47 políticos acusados de subversión por organizar las primarias del bando demócrata. Pero siguieron en prisión porque la Fiscalía ha recurrido la decisión.

Además, la Asamblea Nacional abordará los retos medioambientales y demográficos de China en el mundo pos-coronavirus.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad