Un milagro en medio de la catástrofe

La pequeña Awal Awal se ha convertido en uno de esos milagros que en cada catástrofe arrojan un rayo de esperanza en medio de la tragedia. Hasta 22 horas tuvo que aguantar este bebé de solo cuatro semanas bajo cascotes y polvo tras el terremoto de magnitud 7,8 que arrasó Nepal el pasado sábado.

Los servicios de rescate trabajaban por los alrededores de su casa el pasado domingo. Algunos trabajadores creyeron oír los llantos de un bebé bajo montones de escombros, pero pronto descartaron la idea por imposible. Los propios padres de Awal la daban por muerta.

Las unidades continuaron con su tarea, y no fue hasta horas después, cuando los llantos volvieron, cuando se pusieron manos a la obra. Los sonidos de un bebé se colaban entre los restos de lo que un día fueron viviendas y, en efecto, allí abajo se encontraba la pequeña Awal, viva. La emoción fue tal -no solo la de los padres- que el soldado que la rescató acabó alzándola hacia el cielo para que todos pudieran admirar el primer milagro tras la catástrofe nepalí que se ha cobrado la vida de 5.000 personas.

Según informa el Kathmandu Today, Awal Awal ha sido trasladada a un centro hospitalario, que ha dictaminado que el bebé se encuentro ileso y sin heridas internas. Aún así, permanecerá ingresada por precaución.

El rescate de la pequeña no ha sido el primero con tintes prodigiosos. Rishi Khanal, de 28 años, fue rescatado este miércoles por un equipo francés y la Policía nepalí tras permanecer 82 horas atrapado. Los equipos de rescate trabajaron durante 10 horas para liberar al joven de una viga que le mantenía atrapada una pierna. El pasado lunes, una mujer parapléjica de 32 años pudo ser sacada con vida y en estado estable tras unas 50 horas entre los escombros de su vivienda en Katmandú.