Néstor Laso
Domingo, 13 de diciembre 2020, 16:13
En estos días se planteó el debate en medios parlamentarios y en la sociedad colombiana en general de la propuesta de Álvaro Uribe, expresidente de Colombia y máximo líder del Centro Democrático, principal partido político del país iberoamericano , de la reducción de la ... jornada de trabajo semanal de las 48 horas actuales a las 40 horas pretendidas, sin que ello pueda suponer una disminución salarial de los trabajadores.
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Con Keynes o Stuart Mill, se planteó el debate de la reducción de jornada semanal de trabajo y ello por razones de regulación del mercado de trabajo, productividad o por la lógica ambición de una mejoría paulatina en la calidad de vida de los trabajadores en fomento de una mejor conciliación de la vida laboral con la familiar y el ocio.
Según la OCDE, Colombia está en el grupo de cabeza que lidera en Latinoamérica la más importante carga horaria laboral semanal, con 48 horas semanales. Un triste liderazgo que el visionario y carismático líder político colombiano, quiere que su país Colombia, deje de ocupar, pues esa intensa jornada está muy alejada de las ratios medias que se manejan principalmente en Estados Unidos o Europa.
No se puede calificar la propuesta del exmandatario de populista o desmedida, cuando en la actualidad en países como España, se está planteando la reducción de las actuales 40 horas a las 35 horas pretendidas.
En cualquier caso, la propuesta del líder colombiano es digna de tener en cuenta para su estudio y posible implantación por varios motivos.
En primer lugar, por cuanto la jornada de 48 horas, en buena lógica debe
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superarse al ser propia de épocas anteriores, donde los derechos laborales carecían del reconocimiento jurídico adecuado.
No hay que olvidar que la jornada laboral media en el mundo y por tanto en los países de la OCDE, organización de la que Colombia es miembro, es de 40 horas, muy alejada de las 35 ó 37 existentes en diferentes Estados de la Unión Europea y de las 48 de dicho país iberoamericano.
En segundo lugar, porque la idea para su implantación por Uribe es realista, secundando a los más vigentes estudios en la materia. Se pretende sobre todo con ella en Colombia, tratar de aumentar la productividad y mejorar la calidad de vida y la conciliación familiar y el ocio de los asalariados. En modo alguno, pretende Uribe que con ella se pudiese crear mas puestos de trabajo, teoría que ya se vió sobre todo en Francia, con las medidas puestas en marcha por el Exprimer Ministro Lionel Jospin, que no logró la citada reducción horaria dicho objetivo de posibilitar incremento de ofertas laborales. Aunque, incluso en Colombia, podría tener dicho efecto, teniendo en cuenta las cifras ingentes de informalidad laboral existentes en el país cafetero, pero no sería lógica el tratar de eliminarla sólo con dicha medida.
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Es evidente, por tanto de que Uribe no pretende que por el hecho de existir un mayor vacío horario se va a ocupar para su cobertura con nuevos puestos de trabajo.
Y en tercer lugar, se ha demostrado internacionalmente que la reducción paulatina de los horarios laborales, ha tenido más efectos beneficiosos que perjudiciales para la empresa y los trabajadores, si su implantación es fruto de un debate sosegado desprendido de cuestiones ideológicas y del debate izquierda – derecha, entre los operadores afectados dentro del sistema de concertación laboral colombiano: Estado, la Patronal Empresarial (ANDI) y Sindicatos, como legítimos representantes de los trabajadores.
La doctrina científica laboral más extendida entre los expertos laborales internacionales, acoge la idea de Uribe de que con la reducción de jornada en un país como Colombia, se puede combatir el ausentismo laboral y el alto nivel de incapacidades médicas y de horas extraordinarias excesivas o indebidas, muy habituales en aquel país.
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La sociedad colombiana, en general y partidos políticos, asociaciones empresariales, etc., en particular, tendrán que ir aceptando las reglas de juego de pertenecer a los colectivos internacionales mas influyentes y avanzados e ir avanzando paralelamente en su desarrollo económico con la mejoría de la calidad de vida de su fuerza laboral.
Uribe, con su propuesta coherente, justa y de progreso, tiene la razón desde un punto de vista social, económico y de posicionamiento de Colombia, en la sociedad internacional desarrollada.
Néstor Laso, es abogado, Director de BUFETE LASO. Profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en el Grado de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Europea del Atlántico (España) y Profesor Of Counsel en Derecho de la Universidad UNINI de México
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