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Alba Pelaez | J. A. Ugalde
Sábado, 9 de septiembre 2023, 07:58
Cada balance que llega desde Marruecos es más estremecedor. La cifra de víctimas mortales en el devastador terremoto que ha asolado el centro del país sigue al alza. Según las últimas informaciones difundidas por el Ministerio del Interior del país africano, al menos un total de 1.305 personas han fallecido y más de 1.800 han resultado heridas en Marruecos -de ellas, más de 700 graves- después de que un seísmo de magnitud 7,2 en la escala de Richter sacudiera este viernes por la noche varias ciudades cercanas al Alto Atlas. Fueron diez segundos devastadores.
La mayoría de las víctimas se encuentran en zonas montañosas de difícil acceso, donde se han quedado sin electricidad y las carreteras están cortadas. El seísmo también ha dejado numerosos daños materiales en edificios y ha obligado a cientos de personas a abandonar sus hogares. El temblor se ha sentido en torno a las 23.11 horas (hora local). El epicentro ha sido situado entre Marrakech y Agadir, donde se han producido graves daños materiales, incluido el derrumbe de casas y muros. El fenómeno se registró a una profundidad de 10,7 kilómetros.
La mayoría de fallecidos se concentran en la provincia de Al Hauz, con 542 muertos, mientras que la segunda más afectada es Tarudant, con 321. Por detrás se encuentran Chichaua, con 103 fallecidos; Uarzazate, con 38; Marrakech, con 13; Azilal, con 11; Agadir, con 5, y Casablanca, donde hay por el momento tres muertos a los que se suma un deceso registrado en Yusufiya. Los heridos han sido trasladados a los hospitales más cercanos para recibir la atención adecuada.
Los vecinos de Marrakech, la gran ciudad más cercana al núcleo del temblor, aseguraron que algunos edificios se habían desplomado en la ciudad vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La televisión local mostró imágenes de un minarete de la mezquita Koutoubia, del siglo XII, caído en la plaza Jemaa al-Fna y escombros sobre coches destrozados. La torre tenía 69 metros de alto y era conocido como el 'techo de Marrakech'. La famosa muralla medieval roja de la ciudad mostraba grandes grietas en una sección y partes caídas, con escombros tirados en la calle.
Sin embargo, por el momento no se cuenta con una evaluación exacta del alcance de los daños. Los propios residentes trabajan arduamente a mano para retirar los escombros mientras esperan la llegada de equipo pesado, dijo el el testigo Id Waaziz Hassan. «Todo es por voluntad de Dios, pero sufrimos un gran daño», señaló Miloud Skrout, un residente. Los equipos de emergencias vestidos con chalecos amarillos buscan supervivientes entre los escombros, mientras los vecinos corren y gritan en busca de auxilio.
Otro residente de Marrakech, Brahim Himmi, dijo que vio ambulancias saliendo del casco antiguo y muchas fachadas de edificios dañadas. Añadió que la gente estaba asustada y se quedaba a la intemperie. Familias enteras permanecen acurrucadas en las aceras, con niños cubiertos por mantas.
«Todavía no puedo dormir en casa debido al shock y también porque el casco antiguo está formado por casas antiguas», manifestó Jaouhari Mohamed, un residente de la ciudad vieja.
Una turista australiana que se identificó como Tri dijo que la habitación empezó a temblar. «Simplemente cogimos algo de ropa y nuestras bolsas y salimos corriendo», señaló, agarrando una almohada bajo el brazo.
«La lámpara se cayó del techo y salí corriendo. Todavía estoy en la calle con mis hijos y tenemos miedo», señaló, por su parte, Houda Hafsi, de 43 años. Otra mujer allí, Dalila Fahem, dijo que había grietas en su casa y daños en sus muebles. «Afortunadamente no me había ido a dormir todavía», indicó. En Rabat, la capital, a unos 350 kilómetros al norte de Ighil, los vecinos también abandonaron sus hogares, según varios testigos.
Mientras, en Casablanca, a unos 250 kilómetros del epicentro, las personas que pasaron la noche en las calles estaban demasiado asustadas para regresar a sus hogares. «La casa se sacudió agresivamente, todo el mundo estaba asustado», dijo el residente Mohamed Taqafi. «Pensé que era sólo mi casa la que se estaba moviendo porque es frágil y vieja. Escuché a la gente gritar, todos salieron de sus casas», relató.
Abderrahim Ait Daoud, funcionario en Talat N'Yaaqoub, indicó que las autoridades trabajan para despejar carreteras en la provincia de Al Hauz para que pudiesen pasar las ambulancias y la ayuda a las poblaciones afectadas. Pero la gran distancia existente entre las localidades de montaña supone un gran impedimento. Además, las vías están atestadas de vehículos que tratan de huir de la región sorteando las piedras caídas.
Montasir Itri, un residente en el pueblo montañoso de Asni, cerca del epicentro, dijo que la mayoría de las casas resultaron dañadas. «Nuestros vecinos están bajo los escombros y la gente está trabajando duro para rescatarlos utilizando los medios disponibles en el pueblo», dijo. Más al oeste, cerca de Taroudant, el maestro Hamid Afkar narró cómo huyó de su casa y sintió las réplicas: «La tierra tembló durante unos 20 segundos. Las puertas se abrieron y cerraron solas mientras corría escaleras abajo desde el segundo piso», aseguró.
El Ministerio del Interior ha añadido que las víctimas han sido trasladadas a centros hospitalarios para recibir la asistencia de primeros auxilios necesaria. El Instituto Nacional de Geofísica había confirmado previamente en un boletín de alerta que el terremoto se había producido en Ighlil, en la provincia de Al Haouz.
El centro geofísico de Marruecos dijo que el terremoto se produjo en la zona de Ighil en el Alto Atlas con una magnitud de 7,2. El Servicio Geológico de Estados Unidos estimó la magnitud del terremoto en 6,8 y dijo que se produjo a una profundidad relativamente baja de 18,5 kilómetros (11,5 millas). Ighil, una zona montañosa con pequeños pueblos agrícolas, está a unos 70 kilómetros al suroeste de Marrakech.
El seísmo es el más mortífero en Marruecos desde un temblor de 2004 cerca de Al Hoceima, en las montañas del norte del Rif. El balance de aquel suceso se saldó con 631 muertos, 926 heridos y 15.000 personas que perdieron su hogar. Naciones Unidas ya han confirmado que están dispuestos a prestar ayuda al Gobierno marroquí en «sus esfuerzos para ayudar a la población afectada», afirmó en un comunicado el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
Por su parte, el ministerio español de Asuntos Exteriores se ha ofrecido a enviar equipos de rescate a las zonas afectadas. «España ha puesto a disposición de Maruecos, si lo consideraran necesario, su capacidad de rescate», ha señalado el ministro Albares. «Lo importante es rescatar y salvar el mayor número de víctimas posible», ha añadido. El ministro ha asegurado que la Unidad Militar de Emergencias (UME) de España, así como sus organismos de ayuda y su embajada están a la «entera disposición de Marruecos y de su pueblo, para intentar paliar esta situación y salvar al mayor número de personas posible».
En declaraciones a Hespress, el jefe de división del Instituto Nacional de Geofísica marroquí ha explicado que «se han producido cientos de réplicas, pero la mayoría de ellas no se han sentido». Por su parte, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) español ha informado en su página web de un segundo terremoto de menor magnitud, 4,8 en la escala de Richter, en la ciudad de Berrechid. El seísmo se sintió en lugares tan lejanos como Portugal y Argelia, según el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera y la Agencia de Defensa Civil de Argelia, que supervisan la respuesta de emergencia.
Emergencias 112 Andalucía ha informado en la red social X, antes conocida como Twitter, de que ha recibido «más de una veintena de llamadas por un movimiento sísmico que ha sido sentido en municipios de Huelva, Sevilla, Málaga y Jaén». En la misma publicación ha añadido que no hay constancia de daños y que están a la espera de que el IGN confirme la información.
Sin embargo, por el momento no se cuenta con una evaluación exacta del alcance de los daños. Los propios residentes trabajan arduamente a mano para retirar los escombros mientras esperan la llegada de equipo pesado, dijo el el testigo Id Waaziz Hassan. Los equipos de emergencias vestidos con chalecos amarillos buscan supervivientes entre los escombros, mientras los vecinos corren y gritan en busca de auxilio.
Otro residente de Marrakech, Brahim Himmi, dijo que vio ambulancias saliendo del casco antiguo y muchas fachadas de edificios dañadas. Añadió que la gente estaba asustada y se quedaba a la intemperie. Familias enteras permanecen acurrucadas en las aceras, con niños cubiertos por mantas.
«La lámpara se cayó del techo y salí corriendo. Todavía estoy en la calle con mis hijos y tenemos miedo», señaló, por su parte, Houda Hafsi, de 43 años. Otra mujer allí, Dalila Fahem, dijo que había grietas en su casa y daños en sus muebles. «Afortunadamente no me había ido a dormir todavía», indicó. En Rabat, la capital, a unos 350 kilómetros al norte de Ighil, los vecinos también abandonaron sus hogares, según varios testigos.
Mientras, en Casablanca, a unos 250 kilómetros del epicentro, las personas que pasaron la noche en las calles estaban demasiado asustadas para regresar a sus hogares. «La casa se sacudió agresivamente, todo el mundo estaba asustado», dijo el residente Mohamed Taqafi. «Pensé que era sólo mi casa la que se estaba moviendo porque es frágil y vieja. Escuché a la gente gritar, todos salieron de sus casas», relató.
El Ministerio del Interior instó a la calma y dijo en una declaración televisada para informar sobre el número de muertos, que el terremoto había afectado a las provincias de Al Haouz, Ouarzazate, Marrakech, Azilal, Chichaoua y Taroudant.
Abderrahim Ait Daoud, funcionario en Talat N'Yaaqoub, indicó que las autoridades trabajan para despejar carreteras en la provincia de Al Hauz para que pudiesen pasar las ambulancias y la ayuda a las poblaciones afectadas. Pero la gran distancia existente entre las localidades de montaña supone un gran impedimento. Además, las vías están atestadas de vehículos que tratan de huir de la región sorteando las piedras caídas.
Montasir Itri, un residente en el pueblo montañoso de Asni, cerca del epicentro, dijo que la mayoría de las casas resultaron dañadas. «Nuestros vecinos están bajo los escombros y la gente está trabajando duro para rescatarlos utilizando los medios disponibles en el pueblo», dijo. Más al oeste, cerca de Taroudant, el maestro Hamid Afkar narró cómo huyó de su casa y sintió las réplicas: «La tierra tembló durante unos 20 segundos. Las puertas se abrieron y cerraron solas mientras corría escaleras abajo desde el segundo piso», aseguró.
El Ministerio del Interior ha añadido que las víctimas han sido trasladadas a centros hospitalarios para recibir la asistencia de primeros auxilios necesaria. El Instituto Nacional de Geofísica había confirmado previamente en un boletín de alerta que el terremoto se había producido en Ighlil, en la provincia de Al Haouz.
✅🎥 المغرب بعد دقائق من الزلزال...
— عبدالوهاب صغير الأهدل (@ALAHDAL_CR7) September 8, 2023
خروج السكان من منازلهم خوفاً من حدوث هزات وسقوط المباني عليهم.#المغرب #زلزال pic.twitter.com/iQ9ErO09Mi
El centro geofísico de Marruecos dijo que el terremoto se produjo en la zona de Ighil en el Alto Atlas con una magnitud de 7,2. El Servicio Geológico de Estados Unidos estimó la magnitud del terremoto en 6,8 y dijo que se produjo a una profundidad relativamente baja de 18,5 kilómetros (11,5 millas). Ighil, una zona montañosa con pequeños pueblos agrícolas, está a unos 70 kilómetros al suroeste de Marrakech.
El seísmo es el más mortífero en Marruecos desde un temblor de 2004 cerca de Al Hoceima, en las montañas del norte del Rif. El balance de aquel suceso se saldó con 631 muertos, 926 heridos y 15.000 personas que perdieron su hogar. Naciones Unidas ya han confirmado que están dispuestos a prestar ayuda al Gobierno marroquí en «sus esfuerzos para ayudar a la población afectada», afirmó en un comunicado el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.
En declaraciones a Hespress, el jefe de división del Instituto Nacional de Geofísica marroquí ha explicado que «se han producido cientos de réplicas, pero la mayoría de ellas no se han sentido». Por su parte, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) español ha informado en su página web de un segundo terremoto de menor magnitud, 4,8 en la escala de Richter, en la ciudad de Berrechid. El seísmo se sintió en lugares tan lejanos como Portugal y Argelia, según el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera y la Agencia de Defensa Civil de Argelia, que supervisan la respuesta de emergencia.
Emergencias 112 Andalucía ha informado en la red social X, antes conocida como Twitter, de que ha recibido «más de una veintena de llamadas por un movimiento sísmico que ha sido sentido en municipios de Huelva, Sevilla, Málaga y Jaén». En la misma publicación ha añadido que no hay constancia de daños y que están a la espera de que el IGN confirme la información.
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