Tras la exposición al sol es probable que la piel sufra daños y uno de ellos es tan visible como común. Las 'efélides' son pigmentaciones marrones de melanina que surgen en todo el cuerpo debido a la genética y a la exposición. Son lo que ... comúnmente se conoce como pecas y es muy habitual tenerlas a medida que se crece ya que es infrecuente que un bebé nazca con ellas.
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El susto viene cuando una de esas pecas es de color rojo; es entonces cuando saltan las alarmas ya que alguna de ellas puede incluso volverse negra con el paso del tiempo, y, aunque no son pecas en el sentido tradicional, se asemejan en apariencia y por ello reciben ese nombre o 'punto de rubí'. Técnicamente son microangiomas, angiomas de cereza, angiomas seniles o capilares, según la ciencia, y siempre son benignos ya que no dejan de ser dilataciones de pequeños capilares. Tienen un carácter hereditario por lo que también se le suelen llamar angiomas capilares adquiridos.
—Petequias: son pequeñas manchas en la piel que aparecen debido a la rotura de vasos sanguíneos situados bajo la dermis. Son el resultado de lesiones o por excesiva presión de sangre.
—Puntos rubí: son los conocidos como angiomas seniles. Pequeñas manchas rojas abultadas en la piel debido a la dilatación de los vasos.
—Pecas de sangre o angiomas: los vasos sanguíneos se acumulan y forman estas marcas similares a las pecas en apariencia.
—Erupciones cutáneas: la rosácea o la dermatitis pueden formar en la piel manchas rojas parecidas a las pecas, aunque de diferente forma.
Aunque su eliminación corresponde a causas estéticas ya que no entrañan ningún riesgo para la salud, el origen de las mismas suele ser genético o por exposición prolongada al sol.
—Exposición al sol: sin la protección adecuada y con largas sesiones de baños de sol, este puede ser el motivo principal de la aparición de puntos rojos en la piel ya que el aumento de la elastosis cutánea es notable lo que acelera el envejecimiento de la misma.
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—Cambios hormonales: es muy probable que durante el embarazo la piel sufra cambios visibles.
—Genética: hay personas que por su tipo de piel o con antecedentes familiares de alteraciones en la piel o los vasos capilares, es común que se transmita de generación en generación y se suelen desarrollar entre los 20 y los 30 años.
Ya sean pecas comunes o puntos rojos, lo habitual es controlarlas y si se nota cualquier cambio acudir al médico ya que su diagnóstico es muy sencillo. Una simple exploración visual basta para que el dermatólogo indique si se necesita tratamiento o por el contrario se trate de un lunar. Si pica, sangra o crece es importante consultar a un experto.
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Prevenir las pecas rojas es posible o al menos reducir su intensidad. Unos hábitos de vida saludables, la práctica de ejercicio que ayude a la eliminación de toxinas del cuerpo y mantener una piel limpia y sana son factores clave para que la aparición de manchas o pecas sea lo menos invasiva posible. Por ello, usar crema solar será indispensable para que el mayor órgano del cuerpo humano no sufra tanto.
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