Los dos descuartizadores españoles con los que compartirá cárcel Daniel Sancho

El hijo del actor Rodolfo Sancho no es el único caso de descuartizadores en el país asiático puesto que la lista de crímenes llevados a cabo por ciudadanos españoles en el reino de Tailandia suma tres casos en los últimos siete años. El conocido como 'El Descuartizador de Bangkok' Artur Segarra y el llamado 'El Elegido' Carlos Alcañiz, catalanes ambos de nacimiento, conmocionaron con sus atrocidades y se suman al de Daniel.

En 2016 David Bernat, consultor de telecomunicaciones, fue torturado durante al menos una semana para poder saquear sus cuentas bancarias en las que llegó a acumular más de un millón de dólares para después estrangularlo y descuartizarlo. Artur Segarra fue el único acusado del crimen, aunque siempre mantuvo su inocencia admitiendo que solamente participó en el robo del dinero y que tuvieron que ser otros los que le mataran, los mismos que, según el catalán, le amenazaron a él. Artur Segarra estaba acusado en España por el caso Cocoon al haber estafado a varios ancianos. En 2021, tras enviarle una carta al rey de Tailandia Maha Vajiralongkorn, le concedió la cadena perpetua para librarle de la pena de muerte a la que estaba condenado.

En plena pandemia, en mayo de 2020, Carlos Alcañiz, apodado El Elegido, asesinó al chileno Patricio Guzmán. Aficionado a las artes marciales, huyó a Tailandia por el atropello a una mujer en 2005 y a la cual no socorrió. En 2015 fundó un proyecto humanitario llamado «Los Elegidos» para ayudar a los más necesitados y desde el cuál se vinculó al mundo del narcotráfico.

El de Terrasa sufría problemas mentales los cuales le llevaron a cometer el crimen de su compañero de trabajo en la isla de Phagan, la misma en la que el nieto de Sancho Gracia mató a Edwin.

La carcel de Lard Yao será probablemente el destino de Daniel Sancho y en la que compartirá celda con más de 30 presos incluidos los españoles acusados de actos similares. España y Tailandia carecen de acuerdo de extradición por lo que solamente podría regresar a España si no es condenado a pena de muerte, algo que en la mayoría de los casos el rey de Tailandia conmuta por la prisión perpetua.

Daniel siempre se ha mostrado muy colaborador con la policía y aunque se declaró culpable del descuartizamiento siempre ha mantenido que se sentía rehén del colombiano. Según el informe de la policía, Sancho llegó a la isla el 31 de julio y el 1 de agosto, según una factura encontrada en el lugar donde esparció los restos del cadáver y las cámaras del establecimiento, compró en un supermercado varios cuchillos, guantes, estropajos y bolsas de basura. Al día siguiente, 2 de agosto, Edwin llegó a la isla en un ferri al que Sancho fue a recogerle para más tarde irse juntos a un bar cercano donde permanecieron hasta las seis de la tarde. El paradero de ambos pasada esa hora es desconocido. Lo siguiente que se sabe es que fue el propio Daniel quien se presentó en una comisaría la madrugada del 3 de agosto para denunciar la desaparición de su amigo tras sentirse acorralado ya que la familia del colombiano le enviaba mensajes al teléfono preguntando donde estaba.