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El detenido abandona los juzgados abrazado a un peluche del niño. ARIENZA
El zarandeo al que fue sometido el bebé fallecido en Gijón provoca lesiones inmediatas

El zarandeo al que fue sometido el bebé fallecido en Gijón provoca lesiones inmediatas

La gravedad depende de la intensidad con que sea sacudido el niño. Para que la consecuencia sea la muerte tendría que ser agitado «de forma brutal»

LAURA MAYORDOMO

GIJÓN.

Viernes, 11 de junio 2021, 00:44

Los médicos que atendieron al bebé de 23 meses fallecido el pasado domingo en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) determinaron que el niño presentaba lesiones compatibles con el 'síndrome del bebé zarandeado' que habrían sido la causa de su muerte. El daño cerebral ocasionado por una sacudida, al agitar a niños de corta edad hacia delante y hacia detrás depende, dicen pediatras consultados por EL COMERCIO, de la intensidad con que se produzca ese zarandeo, pero sus consecuencias son prácticamente inmediatas. Si no se manifiestan al instante, sí lo hacen al cabo de unas horas.

Es lo que ocurre con los hematomas subdurales, los que se producen en el cerebro por la rotura de vasos sanguíneos debido al efecto de la aceleración y desaceleración propio de la sacudida. Si a un bebé se le somete a un zarandeo de forma repetida, pero éste no es muy intenso, el pequeño se recuperará, pero en su cerebro permanecerán las lesiones, visibles mediante un escáner. Son señales «que te ponen sobre la pista de un posible maltrato», cuenta un médico que a lo largo de su carrera se ha encontrado con varios de estos casos. Además de las hemorragias cerebrales, otro signo habitual del 'síndrome del bebé zarandeado' suele ser la rotura de los vasos sanguíneos de las retinas.

Para que el desenlace sea peor, y acabe provocando la muerte, la víctima tendría que ser zarandeada «de forma brutal y mantenida». Es cuando se aplica esa mayor intensidad cuando se acaban rompiendo las neuronas y se produce una inflamación del cerebro, que deriva en la inconsciencia o directamente en la muerte de la persona que sufre la agrsión.

En el caso del pequeño gijonés, los primeros signos que alertaron a sus familiares de que algo no iba bien fueron detectados el jueves a mediodía. El pequeño había estado hasta el miércoles con su padre, cumpliendo con el régimen de visitas establecido tras la separación de los progenitores. El padre aseguró a los investigadores que cuando esa tarde devolvió al pequeño, éste se encontraba en perfectas condiciones.

Atendido en el HUCA

El niño pasó la noche con su madre y su actual pareja en su domicilio de La Calzada. Fue al mediodía del jueves cuando sus abuelos maternos se lo encontraron semiinconsciente y decidieron llevarlo de forma urgente al Hospital de Cabueñes. Apenas unas horas después de su ingreso, y ante la gravedad de su estado, fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica del HUCA. No se pudo hacer nada por él y acabó falleciendo el domingo.

Las investigaciones policiales iniciadas a raíz de que el hospital alertara de que se podría tratar de un caso de malos tratos condujeron a la detención, ese mismo día, del novio de la madre. En su declaración ante la jueza, completamente abatido y sin dejar de llorar, el joven negó haber hecho daño en algún momento al pequeño: «Lo quería como si fuera mi hijo», aseguró. También la madre del niño le defendió en su testifical ante la Policía.

Al considerar que no existían pruebas incriminatorias suficientes, la jueza decidió ponerlo en libertad provisional, con la obligación de personarse a diario en el juzgado -trámite que ayer cumplió por primera vez- y la prohibición de abandonar el país hasta que avance la instrucción.

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