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CHELO TUYA
GIJÓN.
Lunes, 21 de septiembre 2020, 00:11
«Cero, dos; cero, dos; ceeero, doooos». A punto estuvo ayer la canción fetiche de Rodrigo Caso de hacerse realidad. La canción con la que conjuraba el resultado soñado para los partidos del Sporting fuera de casa. La misma que, sottovoce, canturreaban ayer sus amigos Fernando Fueyo y Arturo Sánchez.
Lo hacían el capellán del Sporting y el relaciones públicas de la Peña Sportinguista Isma mientras veían cómo el tercero de la banda, el dueño de Casa Yoli, el 'patriarca' de la saga de uno de los establecimientos más antiguos de Asturias, el técnico jubilado del Sporting y el amigo de bromas y veras de Quini era despedido en su Deva natal.
La iglesia parroquial se quedó pequeña ayer en el adiós a Rodrigo Caso, fallecido el sábado un mes de cumplir los 87 años y tras sufrir una metástasis de un cáncer que había superado hace quince años. Precisamente, tras aquella recuperación el trío Caso, Fueyo y Sánchez decidieron «que celebraríamos en mayo su nuevo cumpleaños». Una cita, recuerda Arturo Sánchez, «en la que siempre había marisco», «un centollu», precisa Fueyo, y, sobre todo, «en la que siempre había risas y recuerdos rojiblancos».
Un cumpleaños inventado que retrata la personalidad del dueño de Casa Yoli que realizó su hijo. «A mi padre le gustaba la fiesta, que la gente estuviera feliz», recordó un Juan Caso que ayer comprobó el cariño que su familia despierta no solo en Deva, sino entre los compañeros de profesión hostelera de él y de su madre, Soledad Rubiera, Yoli para todos, y en la otra pasión de su padre: el Sporting.
Porque, aunque el partido en Cartagena del Sporting impidió una presencia en el funeral de la familia sportinguista, tanto el presidente del club, Javier Fernández, como numerosos miembros de la plantilla hicieron llegar sus condolencias a la familia del que fuera, durante 30 años, oficial de primera del equipo.
Y con ellos, la viuda y el primogénito de Enrique Castro, Quini. El añorado delantero rojiblanco y Rodrigo Caso fueron amigos y cómplices en bromas, como recordaba Mari Nieves Cañada. «Tenía que estar aquí, han sido muchos años de relación con esta familia tan maravillosa», explicó.
Lamentó Mari Nieves que Rodrigo Caso falleciera «después de haber superado su enfermedad» y no pudo evitar hacer un paralelismo con Quini. «Después de haber superado tantas cosas, lo de Barcelona (en referencia al secuestro) y el cáncer, acabó muriendo de repente. Le echo de menos cada día», dijo emocionada.
Una añoranza que los amigos de Caso iniciaron ya hace unos meses, «cuando se puso malín», aunque «en el merendero hay un sitio con su nombre que nadie usa, como patriarca que era», dijo Fueyo. Porque, como señaló el párroco de Deva, Celso González, «Yoli, Juan, Beatriz, Héctor», en referencia a la viuda, el hijo, la nuera y el nieto del dueño de Casa Yoli, «Rodrigo siempre estará aquí». Cantando, cada vez que el Sporting juegue fuera, «Cero, dos; cero, dos; ceeero, dooos».
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