El presunto violador de Gijón vigiló a su víctima durante días

Hasta él les llevaron las huellas que presumiblemente los agentes lograron extraer de varios objetos que dejó abandonados en el lugar en donde habría consumado la violación. Al introducir su rastro en la base de datos de agresores sexuales del Ministerio de Interior salió el nombre de J. M. S. D., un individuo que pasó catorce años en prisión por otros ataques similares en Gijón, Avilés y Torrelavega y quien desde 2004 estaba en libertad.

El dispositivo de vigilancia desplegado durante dos días dio sus frutos al mediodía del sábado. Los agentes lo localizaban en la calle Cataluña, en Pumarín, cuando salía del piso de un amigo que le había servido de refugio los días anteriores. Llevaba dos bolsas con ropa.

Tanto durante su estancia en la Comisaría como ayer ante la jueza de guardia, se mantuvo en silencio. No habló ni siquiera para tratar de defenderse. A primera hora de la tarde, a la vista de las pruebas de cargo que pesan contra él, la titular del juzgado de Instrucción número 1 decretaba su ingreso en prisión, comunicada y sin fianza como presunto autor de un delito de agresión sexual, sin perjuicio de que a lo largo de la instrucción dicha calificación pudiera modificarse.

Tal y como explicaron desde la Comisaría de la Policía Nacional, «en el registro realizado en su domicilio se intervinieron prendas de ropa que correspondían a las descritas por la víctima y también unas zapatillas deportivas que habían sido recientemente lavadas para eliminar los restos de tierra y barro que pudieran haber quedado del lugar de la comisión del asalto». Además, decomisaron un destornillador que, según la estimación de los investigadores, pudo ser el arma utilizada en el ataque.

Al parecer, el violador eligió a la víctima al azar, pero preparó el asalto tras vigilar a la mujer varios días y conocer sus rutinas deportivas a primera hora de la mañana en la senda fluvial, poco frecuentada a esa hora. La esperó oculto tras unos matorrales y cuando ésta pasó corriendo la abordó sorpresivamente, la amenazó con el objeto punzante y la llevó a un lugar apartado en la vaguada, junto al río en el que tenía preparado un parapeto en el que consumar la violación.

Concluido el ataque, huyó con parte de esas pertenencias, pero dejó olvidados en el lugar varios restos de los que la Brigada de la Policía Científica consiguió extraer pruebas para identificar al sospechoso. «La investigación se mantiene latente a la espera de los informes periciales y el resultados de los análisis del laboratorio de las muestras de ADN recabadas, que vendrán sin duda a ratificar la identificación obtenida con los vestigios hallados en el lugar del asalto», apuntó la Policía Nacional.

La mujer agredida volvió sobre sus pasos y consiguió pedir ayuda a un conductor al que dio el alto en calle Corín Tellado. Desde allí llamó a la Policía y rápidamente se puso en marcha el protocolo establecido para las víctimas de delitos sexuales.

J. M. S. D. había sido detenido en cuatro ocasiones por hechos similares entre los años 1992 y 1998. Esos ataque fueron cometidos en Avilés, Oviedo y Torrelavega. Tras cumplir catorce años de condena y quedar en libertad, volvió a ser detenido en Gijón en 2016 por acosar y perseguir a una mujer, a la que no conocía pero perseguía de forma habitual. La Unidad de Familia y Mujer (UFAM) continúa las investigaciones para determinar si pudiera estar involucrado en otros episodios que no han sido esclarecidos.